CIUDAD DE MÉXICO, febrero 19 (EL UNIVERSAL).- La vida de Shocker no ha sido nada fácil, desde sus adicciones a las drogas y un golpe arriba del ring llevaron a que su mandíbula se debilitara a tal grado que ahora se enfrenta a grandes esfuerzos para articular claramente y, ahora, el luchador mexicano recuerda uno de sus episodios más oscuros cuando sostuvo relaciones sexuales con un hombre de grandes influencias dentro de la lucha libre.
Shocker, hijo de madre y padre famosos
El originario de Guadalajara, Jalisco recordó en una entrevista con Gustavo Adolfo Infante unos de los momentos más determinantes de su vida, los cuales los llevaron a ser la persona que es hoy, pues la lucha libre era una pasión que traía impregnada en la sangre, ya que su padre fue el famoso luchador el «Pato» Soria, por lo que lo recuerda como su vida y su todo.
«Mi compañero, mi amigo, mi hermano, mi papá, mi entrenador, mi borracho, compañero de parrandas, lo que yo le pedía lo hacía conmigo», recordó.
A su vez, Shocker contó que su madre es San Juana, «La reina de los palenques», una famosa cantante que, aunque pocos lo saben, fue quien inspiró al compositor mexicano Rubén Fuentes a escribir «La bikina», tema publicado en 1964 y aunque al luchador casi no le gustaba contar esa anécdota, debido a respeto a su padre, también aclaró que la canción fue compuesta antes de que él y sus dos hermanos nacieran.
«Siempre fue mi musa, yo viví enamorado de mi madre mucho tiempo, una mujer muy guapa todavía hasta la fecha (…) Todavía tenemos una muy bonita amistad, convivimos como padre e hijo con un respeto enorme», compartió.
Así comenzó su carrera en la lucha
Y aunque tuvo una pequeña estancia en el ejército, Shocker se sentía muy atraído por la lucha, pues en su estancia en Estados Unidos, comenzó a forjarse en esa disciplina a lo largo de siete años, que lo llevó a convertirse dos veces en ganador de lucha olímpica, la que se diferenciaba ampliamente de la lucha libre, pues en ese deporte se debe demostrar quién de los dos competidores era el más fuerte.
Profesionalmente, debutó en octubre de 1992, cuando el luchador tenía 21 años y todavía usaba máscara de hecho, recordó que decidió llamarse «Shocker», luego de tener en consideración otros sobrenombres como «Látigo» y «El solitario negro», hasta que en uno de los locales de Videocentro leyó el título de una película de terror, titulada «Shocker 10 mil volteos de terror», e imaginó cómo sonaría aquel nombre coreado por la audiencia.
Shocker, una vida de excesos
Y aunque al principio a su carrera fue muy disciplinado, gracias a los consejos y la asesoría de su padre, el luchador entrenaba dos veces al día, no tenía novia y tampoco se enfiestaba, sin embargo, con el paso del tiempo se percató que la lucha libre era un «deporte espectáculo», que lo orilló a beber el alcohol y la droga que siempre hubo en los shows».
«Creo que soy de los últimos luchadores que se drogaban en exceso», pues el deportista estimó que llegó a consumir estas sustancias por dos días seguidos.
«Yo de repente llegaba tomado porque yo tengo un defecto o una virtud, a mí no me gusta tomar, no me gusta estar borracho, por eso cuando conocí la cocaína dije: ´-Esto es lo mío, de aquí soy´, fue creciendo, la dejaba por unos meses, pero volvía a caer, me ha costado mucho trabajo, ahorita afortunadamente ya no consumo cocaína», detalló.
Aunque su acercamiento con el mundo de las drogas -confesó- venía desde que era chico, ya que su madre llegó a participar en espectáculos para narcotraficantes como Caro Quintero (cuando este ya estaba dentro de la cárcel), en los que recuerda que también asistieron Carmen Salinas y Jorge Falcón.
A sus 51 años, Shocker también le ha dado una oportunidad al amor, pues en 1996 se casó por primera y última vez con su exesposa Julieta Rivera, a quien conoció en las luchas, pues ella fue a una de las funciones junto a su mamá; más tarde, el luchador se acercó y le pidió su teléfono, después de ahorrar juntos una época se casaron y rentaron un departamento en la colonia Portales, sin embargo, su matrimonio duró sólo tres años. Pero en un arranque de celos, poco antes de que se fueran a casar, provocó que Shocker se apuñalara a sí mismo con un cuchillo, situación que les impidió que su matrimonio perdurara en el tiempo, pues ella también se convirtió en una persona muy celosa, lo que convirtió a su relación insostenible.
Shocker intimó con un hombre por dinero
Sin embargo, sus infidelidades y los problemas con las drogas lo llevaron a alejarse de las personas que más amó, debido a que comenzó a alucinar y vivir episodios provocados por su intoxicación. De hecho, fueron sus adicciones que lo llevaron a cometer uno de los errores de los que más se arrepiente, pues hubo un tiempo en que sostuvo una relación con una mujer que llamó como Gisela, sin embargo, su consumo de cristal lo hizo distorsionar la realidad que compartía con ella, al grado que comenzó a creer que su pareja era un hombre.
«Empecé a consumir cristal, entonces y empecé a sentir que ella era hombre, la atosigué de una manera horrible y yo dije: ´-dime la verdad, ¿me estás mintiendo?, te voy a dejar por mis valores y mis principios, aunque respeto a la comunidad´».
El episodio lo hizo recordar el día en que sostuvo relaciones sexuales con un hombre, motivado por el dinero, pues se trataba de un promotor muy importante de luchadores: «Yo me metí con un hombre, muy drogado y muy borracho, pero yo lo hice, pero eso me causó problemas con algunos compañeros que creyeron que soy homosexual».
Recordó que dicho actuar lo hizo sentirse «la peor basura del mundo», pues todavía hoy recuerda ese momento con mucho rencor, pese a que el promotor lo llevó a luchar a Japón:
«Fuimos a un bar, el centro de diversiones ´Las Fabulosas´ y yo de ahí me fui con él al hotel, como él compró droga, yo quería más droga e hice cosas aberrantes», destacó.
Shocker dio algunos detalles explícitos de ese encuentro que, aunque asegura que no culminó, el haber sido participe es un hecho que no puede olvidar.