Llama el Obispo de la Diócesis de Aguascalientes, Juan Espinoza Jiménez, a no justificar la violencia como algo “normal”, pues se trata de una actitud intolerante solapada por estructuras que incluso buscan sacar provecho económico de la misma, por ejemplo, dijo, con la venta de armas, con videojuegos aparentemente inofensivos que no hacen más que estimular la agresión en niños y adolescentes, así como con series, películas y demás, donde se hace apología del delito.
En su homilía dominical, Monseñor lamentó que a veces se pretenda justificar la violencia bajo el argumento de que siempre ha existido, cuando la realidad es que ha sido solapada por quienes buscan incluso sacar un provecho económico de la misma.
“A veces se pretende justificar la violencia como algo normal, suele decirse que siempre han existido luchas y guerras, sin embargo la violencia es una reacción irracional motivada por la actitud ciega e intolerante, solapada por estructuras sociales que la admiten y hasta la fomentan para sacar provecho económico, por ejemplo la venta de armas; la violencia no es un fenómeno natural, es el fruto de una sociedad deshumanizada y con intereses muy mezquinos”.
Dejó en claro que la violencia no es sólo aquella generada por grupos de la delincuencia organizada, sino también aquella que se da en el seno del hogar, con las agresiones hacia la pareja y los hijos por cuestiones insignificantes.
Sostuvo que “la violencia es multifactorial y multiforme, no es sólo aquella extrema generada por bandas delincuenciales y grupos del crimen organizado en la lucha por el poder y el control de sus territorios, es también la violencia que día a día generamos en las calles y hasta en el propio hogar, violencia intrafamiliar y agresiones, a veces por tonterías insignificantes”.
La violencia, dijo, es la que se genera a través de “medios amarillistas de comunicación, mercaderes del morbo que la difunden a través de series, películas y hasta noticieros que hacen apología del delito, es la violencia promovida por el comercio en juegos aparentemente inofensivos, pero que estimulan a la agresión y que niños y adolescentes se instalan en sus dispositivos electrónicos”.