CIUDAD DE MÉXICO, marzo 11 (EL UNIVERSAL).-
Un poco más delgado y vestido con uniforme de preso color beige, el exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin, se quejó de que la negociación con la FGR para alcanzar un acuerdo reparatorio en el caso Odebrecht lleva más de un año suspendida, «por alguna razón».
Sentado en el banquillo de los acusados, el exfuncionario enumeró una serie de acciones de «colaboración» con la Fiscalía General de la República para acceder a un criterio de oportunidad que le permita extinguir la acusación por lavado de dinero que pesa en su contra. Manifestó su ofrecimiento para reparar el daño.
En primer término, Lozoya Austin recordó al fiscal Alejandro Gertz Manero, que pidió que lo extraditaran a México y que después de ello denunció ante la Fiscalía General de la República a un grupo de legisladores y funcionarios que supuestamente recibieron sobornos a cambio de aprobar la reforma energética.
Enlistó a los políticos que ha señalado como beneficiarios: «Un exsenador (Jorge Luis Lavalle), un director de Pemex (Carlos Treviño Morales,) y un exdiputado federal (Ricardo Anaya) que probablemente no regresará a México».
Lozoya Austin señaló que Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) establecieron un monto de reparación para alcanzar un acuerdo reparatorio en el caso Odebrecht.
Aseguró que el ofrecimiento realizado a la FGR lo ha «conseguido con mucho esfuerzo».
Ratificó su disposición para seguir colaborando con la Fiscalía General de la República en el caso Odebrecht.