CIUDAD DE MÉXICO, mayo 1 (EL UNIVERSAL).-
Alan Estrada sabía desde los cinco años que era homosexual; sin embargo, nunca creció con ejemplos de alguien abiertamente gay en su familia, por lo que vivió bajo algunos prejuicios.
Fue el 26 de septiembre del 2022 cuando habló de sus preferencias sexuales públicamente, a través de un tuit que escribió previo a despegar en un avión.
«Nunca hablo de mi vida privada, mi círculo cercano sabe que soy gay y estoy rodeado por gente hermosa. Pero esta navidad he visto a mucha gente sufrir por su orientación y el rechazo de su familia. No estás solo, te celebro y mereces amar y ser amado», se leyó.
Durante la reciente entrevista que le hizo Yordi Rosado, Alan recordó aquel momento y todo el proceso que vivió dentro de su familia: que era homofóbica por desconocimiento.
«Agarré mi teléfono, escribí el tuit y al mismo tiempo le mandé mensaje a mi familia por WhatsApp para avisarles dije: ‘voy a hacer esto para que estén preparados, para que lo sepan, no sé qué vaya a pasar, pero necesito hacerlo’, tampoco les iba a pedir permiso, pero les avisé y me dieron su apoyo, ‘te amamos, aquí estamos’, me escribieron».
Así que subió al avión, voló tres horas y mencionó que ese fue de los días más tranquilos de su vida entera; quería inspirar a los demás.
«Abrí las redes sociales y seguía yo muy tranquilo, a pesar de que hubo gente que me atacó por haber ido a Qatar o el típico Twitter en el que la gente se escuda bajo el anonimato para decir cosas horribles.
«Te puedo jurar por mi mamá que ya no está aquí, que no sentí nada, no hubo un solo comentario que me robara la paz, los leía, había algunos muy bonitos, otros feos y ambos me provocaban exactamente lo mismo: nada. Estaba yo con una tranquilidad de haber hecho lo correcto, me sentía flotando como si me hubiera tomado 70 mezcales».
Estrada expresó que sí llegó a tener novias y sufrió por haber terminado con ellas, pero más que llorarle a la persona, dijo, el dolor era el enfrentarse al rechazo «que no va a salir como tú quieres, que no a todo el mundo le puedes gustar».
A los 24 años empezó a ir a terapia, cuando estaba en la obra «Hoy no me puedo levantar», puesto que era un trabajo muy agotador para él y quería entenderse, en ese momento hablo de sus preferencias con sus padres.
«Dije: está padre poderle contar tus problemas a alguien sin que te juzgue y te va llevando a otros lugares, desde entonces he tomado terapia por etapas, ahorita estoy en proceso terapéutico y me gusta mucho».
«Mi terapeuta me decía: probablemente necesitas hacerlo público, yo decía ‘no ¿para qué? No es necesario, puede afectar mi carrera o a lo mejor no me dan ciertos personajes’.
«Tú vas a saber el momento en que estás listo, mientras te lo cuestiones y haya duda, probablemente no sea la respuesta, pero vas a saber ese momento y ese momento llegó», continuó.