CIUDAD DE MÉXICO, junio 24 (EL UNIVERSAL).-
La diversidad humana no es una amenaza para la sociedad, lo es la intolerancia, los discursos de odio y las violencias, consideró la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Lucía Piña Hernández.
En un mensaje videograbado con motivo de la marcha del Orgullo LGBT+ en la Ciudad de México, la ministra afirmó que a este sector de la población le asiste un legítimo reclamo ante las injusticias de las que todavía son víctimas en el país. «La justicia no siempre ha estado de su lado», admitió.
Piña Hernández afirmó que los jueces han sido cómplices de un sistema que causa dolor, miedo y sufrimiento a las personas de la diversidad sexual y de género. «De un sistema que no ha logrado garantizar plenamente los derechos humanos de las personas de la diversidad sexual y de género».
Ante ello, la representante del máximo tribunal del país dijo «ya no más» y llamó a poner un alto infranqueable a las injusticias, violencias y discriminación que sufre esta comunidad, en el marco del mes del orgullo LGBT.
«Digámoslo fuerte y claro. La diversidad humana no es una amenaza para la sociedad. La verdadera amenaza es la intolerancia, los discursos de odio y las violencias».
La ministra se comprometió a capacitar y sensibilizar al Poder Judicial de la Federación (PJF) para hacer frente a la ignorancia y a los prejuicios que excluyen y pretenden anular la diversidad de los derechos de la comunidad LGTB.
«Nuestro compromiso. Pero más que nada, nuestra obligación constitucional es impartir justicia, garantizando el máximo goce de sus derechos. Ser quien se es, amar con libertad, vivir con dignidad y en plenitud nunca debe ser motivo de violencia ni de discriminación».
Y añadió: Estamos hablando de derechos fundamentales. Así lo asumo, así lo asumimos este mes y siempre, celebro el orgullo de la diversidad sexual y de género. Comparto sus alegrías, escucho sus reclamos. Su lucha es nuestra».
Piña Hernández aseguró que el Poder Judicial de la Federación trabajará hasta lograr que el orgullo y la vida de la diversidad sexual y de género sea motivo de alegría todos los días de su vida.
«Este mes del orgullo, más que nunca debemos escuchar, voltear a ver con mucha atención a quienes ocupan el espacio público. Desde la alegría y el orgullo de ser quienes son, mostrándose como son y nunca como se esperaría que fueran».