CANCÚN, QR., julio 19 (EL UNIVERSAL).-
El Juzgado Segundo de Distrito, radicado en Cancún, dictó el auto de formal prisión al exdirector de la Policía Judicial de Puebla, Hugo Adolfo Karam Beltrán, como probable responsable del delito de tortura en agravio de la periodista, Lydia Cacho Ribeiro, conforme a la causa penal 26/ 2018.
Lo anterior implica que el exfuncionario queda sujeto a proceso como una de las personas que, probablemente, sirviéndose de otros, ejerció sobre la defensora de derechos humanos, violencia psicológica y moral, sin actuar para impedirlo.
Karam se mantendrá interno en la cárcel de esta ciudad, en tanto se dicte sentencia, pero puede apelar la resolución judicial dictada a las 18 horas de hoy, por la jueza Segundo de Distrito, Angélica del Carmen Ortuño Suárez.
El exfuncionario fue detenido en Boca del Río Veracruz, el pasado 13 de julio, luego de mantenerse prófugo desde el 2019, cuando se libró la orden de aprehensión en su contra, por la comisión del delito de tortura, previsto en el artículo tercero y sancionado en el precepto cuarto, de la Ley Federal para Prevenir y Sancionar la Tortura.
Posterior a su captura, fue traído a Cancún para permanecer interno en el Centro Penitenciario de la ciudad, en tanto se resolvía su situación legal.
Al día siguiente fue presentado ante la jueza, Ortuño Suárez, como parte de la audiencia de declaración preparatoria, bajo el sistema de justicia tradicional. Su abogado solicitó la ampliación del término constitucional.
Este miércoles, al vencerse el plazo, la jueza resolvió dictar el auto de formal prisión a Karam Beltrán, quien, conforme a las declaraciones de sus subalternos, también acusados de tortura, estaba al tanto y dio el visto bueno al operativo para detener a Cacho Ribeiro, conforme a la orden de aprehensión 245/ 2005.
Karam fue también quien, según sus propias declaraciones, envió a las agentes Verónica Chávez e Irene Arteaga a la caseta de La Esperanza, en Puebla, para «recibir» y reforzar la seguridad de Cacho, quien fue conducida de Cancún hacia el estado poblano vía terrestre durante 20 horas en promedio.
La autora de los «Demonios del Edén» fue detenida la tarde del 16 de diciembre del 2005 al llegar a sus oficinas, en el Centro Integral de Atención a la Mujer (CIAM-Cancún), por los judiciales José Montaño Quiroz y Jesús Pérez Vargas, acompañados de un judicial de Quintana Roo: Miguel Moral Olvera.
Conforme a su dicho, en el trayecto de mil 472 kilómetros de Cancún a Puebla, fue sometida a actos de tortura emocional y psicológica por parte de Montaño y de Pérez Vargas, quienes la mantuvieron incomunicada, le negaron la posibilidad de comprar medicamentos que requería y expresaban su deseo de ir al mar en la obscuridad de la noche, le preguntaban si sabía nadar y hacían bromas sobre la gente que «muere ahogada», entre otras cosas.
El par de agentes le hablaba con majaderías, la insultaban, hacían alusiones sexuales e incluso la encañonaron con una pistola.
Ese par de agentes se intercambió con las policías Chávez y Arteaga –enviadas por Karam– al llegar a Puebla, para simular que su detención estuvo a cargo de mujeres, a decir de la periodista.