El problema de la contaminación y mala calidad del agua “potable” se ha extendido de manera peligrosa a los once municipios de Aguascalientes, pues en todos se tienen identificados pozos de donde se extrae agua mezclada con plomo, arsénico, mercurio, manganeso, cadmio, flúor, fierro y otros metales peligrosos para la salud de la población.
Tomar agua de la llave o la que se extrae directamente de las fuentes de abastecimiento no es nada recomendable y más cuando se sabe que contienen sustancias (metales) fuera de la norma, por lo que en estos casos lo recomendable es sanear los pozos o definitivamente cerrarlos para evitar riesgos sanitarios.
Un estudio realizado apenas el año antepasado con la participación de grupos de especialistas en la materia arrojó como resultado que se está ante un delicado problema por la mala calidad del agua derivada de la presencia de elementos perniciosos para la salud.
La situación se torna más delicada si se toma en cuenta que recién se modificó la norma oficial NOM-127-SSA1-202, relativa al agua para uso y consumo humano, reduciendo los niveles permisibles de ciertos elementos encontrados en el subsuelo por su peligrosidad.
Especialistas en el tema del agua coinciden en que el problema se torna más complejo y de riesgo debido a que no se está haciendo el monitoreo necesario para identificar los problemas, enfrentarlos y resolverlos, además de advierten que la situación no se eliminará cerrando y abriendo nuevos pozos, puesto que con eso no se va al fondo del problema que es la mezcla de sustancias peligrosas con el agua.
De acuerdo a los resultados que arrojó el estudio de referencia y del cual HIDROCÁLIDO posee una copia, ninguno de los once municipios del Estado está libre de pozos de agua con presencia de elementos peligrosos fuera de norma, lo que a decir de los especialistas tiene que ver con una serie de problemas, empezando por el abatimiento de las fuentes de extracción del vital líquido, los escurrimientos, la falta de cuidados y de mantenimiento de los pozos para procurar contar con agua verdaderamente potable.
AGUA PELIGROSA
Los resultados de la llamada “Evaluación de los Sistemas de Abastecimiento de Agua para Uso y Consumo Humano en el Estado de Aguascalientes” refieren que tan solo en el municipio capital se contaba (al momento del estudio de campo) con un total de 205 pozos, en 151 de los cuales se detectó presencia de flúor fuera de norma, 11 más con presencia de arsénico fuera de los límites permitidos y otros tres con presencia de plomo fuera de norma, lo que significa que solamente 40 pozos estaban relativamente “limpios” de elementos peligrosos.
Pero este problema no es exclusivo de los pozos de agua del municipio capital, pues también en Tepezalá y Asientos, que se ubican en el distrito minero del Estado, hay presencia de arsénico y flúor por encima de lo que establece la norma, ocurriendo lo propio en varios de los pozos de Jesús María y San Francisco de los Romo que forman la zona conurbada o metropolitana de Aguascalientes, así como en las fuentes hídricas de Pabellón de Arteaga, Calvillo, Rincón de Romos, San José de Gracia, El Llano y las demás municipalidades.
Cosío es de los municipios donde está más severo el problema de la contaminación de los pozos, toda vez que de 13 pozos que hay en su territorio, siete de ellos tienen concentraciones elevadas de flúor y ocho pozos tienen presencia de arsénico fuera de norma.
De manera particular, Cosío cuenta con 51 pozos de agua y se encontró que en al menos la mitad de los mismos había presencia de plomo, arsénico y flúor, pero solamente siete de ellos tienen presencia fuera de norma de flúor y ocho con niveles más altos de arsénico de los permitidos por la norma, lo que vuelve al agua peligrosa e inconsumible.
En la evaluación se advierte que Pabellón de Arteaga es de los municipios del interior que más problemas tiene con la calidad del agua utilizada por sus habitantes para las diferentes actividades, toda vez que 14 de los 18 pozos con que cuenta tienen niveles fuera de norma de arsénico, sin que el problema sea diferente en San Francisco de los Romo puesto que de 23 pozos de extracción, en 9 de ellos se identificó presencia de arsénico fuera de norma y en dos más el agua presentó alto contenido de flúor, elementos ambos que son peligrosos para la salud de las personas.
El Llano, que es uno de los municipios con menos población y también con menos pozos de agua, con un registro de solamente 21, resulta que esos 21 pozos registraron exceso de flúor y en tres se detectó arsénico por encima de la norma permitida, mientras que en Calvillo el problema del agua es el exceso de flúor, según el resultado del monitoreo que se hizo el año pasado para conocer la calidad del agua y lo que en realidad está consumiendo la población.
VIGILANCIA Y SANEAMIENTO
“El problema no es que se detecten pozos, se les cierre y que se les supla con la apertura de nuevas fuentes de abastecimiento, sino la forma en la que se están explotando las fuentes hídricas, pues no se toma en cuenta que a diferencia de otros estados que cuentan con cuencas hidrológicas importantes, Aguascalientes carece de infraestructura para almacenar agua, por lo que el que se tiene procede del subsuelo y resulta que el nivel de abatimiento de los pozos cada vez es mayor, por lo que el agua que se extrae también pierde propiedades naturales y se mezcla con elementos peligrosos, ese es en realidad el problema que más preocupa”, mencionó un ingeniero geólogo que expuso la dimensión de la problemática que se tiene con la calidad, pero también con la cantidad de agua que se tiene en Aguascalientes.
En municipios como los de Jesús María, Aguascalientes y San Francisco de los Romo, que conforman la zona metropolitana, las autoridades se han visto obligadas a cerrar pozos por la mala calidad del agua, pero sin embargo los están sustituyendo por otros de los que se extrae el líquido a profundidades insospechadas, pero el problema es que se está pasando por alto el hecho de que no se repara en la calidad del agua cuando que a mayor profundidad el recurso hídrico contiene todo tipo de sustancias que no dejan de ser peligrosas con la sola cloración.
A CUIDAR LA CALIDAD DEL AGUA
La presencia en los pozos de metales peligrosos y otros muy peligrosos como es el caso del arsénico, mercurio y del fierro, que se han detectado en niveles por arriba de lo que marca la norma, hace necesario que de parte de las autoridades competentes haya una estrecha vigilancia y monitoreo sobre la calidad del agua que se distribuye lo mismo a las casas, comercios, industrias y hasta al campo mismo pues tampoco el agua que se utiliza para el riego de los cultivos es de la calidad deseada.
Si al problema de la mala calidad del agua y al del agotamiento de las fuentes de extracción del vital líquido se le agrega la ausencia de las lluvias y por consiguiente la caída en las recargas de los pozos y presas, la situación se puede tornar todavía más complicada y eso podría inclusive llegar a frenar el desarrollo por la falta del agua.