CIUDAD DE MÉXICO, octubre 12 (EL UNIVERSAL).-
Las autoridades de París abrieron este jueves una investigación por «sospecha de envenenamiento» hacia la periodista rusa Marina Ovsiannikova.
La periodista y manifestante rusa Marina Ovsyannikova es reconocida por su postura en el conflicto bélico condenando los ataques rusos luego de que en una transmisión en vivo exhibiera un cartel en contra la ofensiva del presidente Vladimir Putin. La periodista huyó de Rusia en octubre de 2022.
El secretario general de Reporteros Sin Fronteras, Christophe Deloire, escribió en X, antes Twitter, que Ovsyannikova se sintió mal cuando estaba en la calle por la mañana y que había sido atendida por un equipo de la organización.
«La fiscalía de París ha abierto una investigación por sospecha de envenenamiento», confirmó. «No hay elementos concretos por el momento. Les mantendremos informados», añadió.
Asimismo, los investigadores tomaron muestras en su domicilio y la fiscalía de París confirmó la apertura de una investigación.
Un tribunal de Moscú condenó el miércoles a la periodista a ocho años y medio de cárcel en ausencia por protestar contra la guerra de Rusia en Ucrania, el último episodio de una larga campaña de represión a la disidencia que se intensificó tras la invasión del país vecino hace 20 meses.
Marina Ovsyannikova fue acusada de propagar información falsa sobre el ejército ruso, un delito tipificado en una ley adoptada poco después de que el Kremlin enviase tropas a Ucrania.
Organizó un piquete en la capital rusa en julio de 2022 con un cartel que decía «(El presidente de Rusia Vladímir) Putin es un asesino. Sus soldados son fascistas. 352 niños han sido asesinados (en Ucrania). ¿Cuántos niños más tienen que morir para que pare?».
Ovsyannikova, quien hasta marzo de 2022 trabajaba en la televisora estatal Channel One, fue detenida y quedó bajo arresto domiciliario, pero logró escapar a Francia con su hija. Las autoridades rusas la incluyeron en un listado de personas buscadas y la juzgaron en rebeldía.
En marzo de 2022, Ovsyannikova acaparó titulares en la prensa de todo el mundo tras aparecer detrás del conductor del noticiero nocturno de Channel One con un cartel en el que se podía leer «Paren la guerra, no crean en la propaganda, le están mintiendo». Dejó su trabajo en la cadena, fue acusada de desacreditar al Ejército ruso y fue multada con 30 mil rublos (270 dólares en aquel momento).
Miles de rusos han recibido sanciones económicas y cientos enfrentaron cargos penales por criticar o protestar abiertamente contra la guerra en los últimos 20 meses. El Kremlin ha empleado una ley que prohíbe las críticas a lo que insiste en calificar de «operación militar especial» para perseguir a figuras de la posición, activistas por los derechos humanos y medios independientes.
Los principales críticos del Kremlin han sido sentenciados a largas penas de cárcel, los grupos de derechos se han visto obligados a cesar su actividad, las webs noticiosas independientes quedaron bloqueadas y los reporteros independientes han abandonado el país por miedo a la persecución.