Pese al duro golpe que ha recibido el campo por la sequía, el presidente del Grupo de Industriales de la Masa y la Tortilla, Alfonso Anaya Castro, asegura que el precio de este producto, entre los 20 y 22 pesos el kilo, se mantendrá estable por lo menos hasta los primeros meses del 2024.
Pero sostuvo que a partir de mayo del 2024 puede presentarse un cambio en sus costos, ya que el maíz con el que se cuenta hasta el momento es el producido en la Zona Bajío del país, pero cuando tengan que salir las cosechas de Sinaloa, se comenzará a percibir la realidad; “no sabemos como va la producción por el problema de sequía”.
En México, el decreto establecido en febrero de este año, se señala que el maíz que se debe utilizar para la elaboración de la masa y la tortilla no debe ser transgénico, pero el problema al que se han estado presentando es que los industriales no cuentan con los elementos para poder identificar la toxina, situación que debe corresponder a los productores de maíz.
Señaló que la toxina que produce el maíz transgénico se contrae en las zonas de bodegas debido a que los industriales de la tortilla utilizan poco para almacenarlo. “El certificado de la toxina lo deberían de entregar los productores”.
Por lo que ante dicha situación, el líder de los tortilleros subrayó que en el caso del transgénico están esperando cómo se determinará el hecho de que se está enviando o no maíz alterado.
En cuanto al tema del maíz transgénico, explicó que existe un panel de controversia entre México y Estados Unidos, resultados que se darán a conocer para los meses de marzo o abril del 2024, mismos con los que se sabrá cuál será la directriz.
El maíz alterado genéticamente surgió con el objetivo de que fuera un producto más resistente a la sequía y que no fuera afectado por plagas, pero para esto se utilizó un herbicida potente, como el glifosato, con la sospecha de que es cancerígeno.