La sustitución de las personas por robots es una tendencia que está anunciada y que está avanzando irremediablemente; “todos los trabajos rutinarios van a ser finalmente absorbidos por la innovación tecnológica (robotización)”, vaticinó Juan Bosco Arreola, empresario, director y master de Action Coach.
Informó que los pronosticadores de este efecto señalan que en 6 años empezará a verse el desplazamiento del recuerdo humano por los robots sobre todo en la industria automotriz, aunque hay labores que son muy difíciles de automatizar como la confección, porque es muy compleja.
Indicó que la tecnología no se detiene ante nada, pero su evolución es lenta, aunque no va a tardar mucho y las implicaciones éticas están pronosticadas como retos y desafíos.
Es momento de cuestionarse cuando todos los empleos que son posibles de hacer con robots sean una parte importante de la economía y lo que harán las personas que trabajaban en esas actividades; “en ese debate estamos actualmente”, manifestó el master.
En cuanto a los tiempos electorales dijo que se ha observado que los años intensamente políticos como el que está por venir, la economía se aviva, debido al presupuesto de elecciones, pero es cierto que los gobiernos en turno para mantener la voluntad de los votantes tampoco reducen los presupuestos y gastan más.
En este sentido hasta el mes de junio del 2024 se espera que la economía funcione, pero después de esa fecha dependerá de quién llegue al poder.
Ahora bien a propósito del mes de diciembre Bosco Arreola señaló que siempre ha sido una época con un flujo de efectivo más demandante para la mayoría de los empresarios, como para ir cubriendo los costos y gastos de la operación durante el año y ni siquiera pueden ahorrar para pagar los aguinaldos.
Es por eso que indicó que los brincos de aumentos en los salarios mínimos, más vacaciones y aguinaldos, influyen en todos los aspectos económicos de la empresa.
Y quienes batallarán más con el incremento del salario mínimo serán las empresas que son intensivas en mano de obra, como por ejemplo la textil, confección, servicios, hoteles; “el golpe será más fuerte, porque hay procesos que son difíciles de automatizar”, expresó.