Por Erick Cortés.- Bolivia fue uno de los países más afectados por la crisis climática del 2023 en América del Sur. Después de sufrir incendios forestales que consumieron casi tres millones de hectáreas de la Amazonia boliviana, la reducción histórica del nivel del lago Titicaca y la sequía que afectó el suministro de agua potable de más de 200,000 familias, el país ahora enfrenta una emergencia por las inundaciones que dejaron las intensas lluvias registradas en los últimos días.
Juan Carlos Calvimontes, viceministro de Defensa Civil, confirmó hoy la primera muerte por las inundaciones e informó que al menos cinco personas están desaparecidas, por lo que se han iniciado las labores de búsqueda y rescate con sobrevuelos en helicóptero sobre las regiones inundadas.
En La Paz y Potosí, unas 2,000 mil familias han sido afectadas por las crecidas de los ríos y se espera que la situación empeore mientras permanezca el mal tiempo.
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología de Bolibia (Senamhi) emitió una nueva alerta roja para La Paz, misma que permanecerá activa del 13 al 16 de diciembre, cuando se espera que ocurran “ascensos repentinos” en el nivel de los ríos Mapiri, Tipuani y Corico.
También se emitió una alerta naranja para los departamentos de Potosí, Chuquisaca y Cochabamba, por el riesgo que representan las persistentes precipitaciones y el creciente nivel de los ríos.
Aunque todavía no se tiene un conteo oficial de los daños, se espera que los más afectados sean los campesinos, pues habría una pérdida total de la producción agrícola de este año a causa, primero de la sequía, y de las inundaciones que superan los ocho metros de altura.
“Recibimos con profundo pesar la noticia de pérdidas humanas, producto de un desastre natural de proporciones en el municipio de Cotagaita, en Potosí. ¡No están solos!”, declaró el presidente del país, Luis Arce, quien informó el envío de brigadas médicas, equipo de rescate y un total de ocho toneladas con ayuda humanitaria.