CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 12 (EL UNIVERSAL).-
El cantante Yahir hablaba orgulloso de su hijo mayor Tristan hace cuatro años, cuando en una entrevista comentó que a pesar de los problemas de adicciones que enfrentó, ya se encontraba bien y echándole ganas a la vida, luego de que la mamá del joven se percatara de ciertas conductas anormales que indicaban que el joven, de entonces 21 años, tenía problemas con sustancias como el alcohol, la marihuana, LSD y el cristal.
Años después se dio un distanciamiento entre padre e hijo luego de los intentos que el exintegrante de «La Academia» hizo para que su retoño se recupera, públicamente dejaron de aparecer juntos, así como en redes sociales; Tristan dio a conocer que colgaba contenido erótico para un sitio para adultos.
Hace ocho meses, en el programa «Ventaneando», Tristan habló de su lucha por recuperarse, ser disciplinado para poder triunfar en la música, donde dijo, tenía como ejemplo de tenacidad en su padre, con quien ya había habido un nuevo acercamiento, el cual, contó, fue muy emotivo.
Muchos fans de Yahir comenzaron a seguir a su hijo Tristan en Instagram, donde cuenta con más de 45 mil seguidores; en esa red social ha llamado la atención las recientes publicaciones del joven, pues su aspecto desmejorado resulta evidente y alarmante.
En un video en el que aparece con gorra y un cigarro, luce extremadamente delgado y aparentemente enfermo.
«Relájense y fume #mexico #relax #teextraño», escribió para acompañar la publicación que está siendo muy comentada por los cibernautas, quienes lamentan verlo en ese estado, y piden a sus padres que lo ayuden antes de que sea demasiado tarde.
«Qué tristeza de joven pobres padres, pero por ellos ya no quedó». «Que Dios te bendiga, y que no tengas que llegar a tocar fondo para saber que destruiste tu cuerpo y ya no hay para atrás. Orar por ti es lo único que me queda. Y por tus padres». «Aquí es el reflejo de cómo acaban los vivos mientras que el padre se ve estupendamente bien, aún estás a tiempo quiérete mucho ya no te sigas destruyendo más».
«Qué mal te tienen las drogas hijo».
El acercamiento de Tristan y las adicciones se dio cuando era un niño, alrededor de los 9 años, cuando asistió a una escuela especial donde le administraban anfetaminas.
Su primer encuentro con el alcohol fue a los 13 años, cuando ingresó a la secundaria y dos años más tarde probó por primera vez la marihuana, y a los 16 años el LSD, fue a esta edad que el joven ingresó por vez primera a una clínica de desintoxicación.
Antes de cumplir la mayoría de edad, Tristan dejó de vivir con su padre en la Ciudad de México, y volvió con su madre, pero al poco tiempo abandonó su casa y comenzó a vivir en la calle.