CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 14 (EL UNIVERSAL).-
Madonna pasó de usar «4 minutos» para salvar al mundo a tardar tres horas para dar un concierto.
La renombrada intérprete de «Material Girl» generó indignación entre cientos de sus seguidores este miércoles, al inaugurar su serie de conciertos en Estados Unidos, en el Barclays Center de Brooklyn, Nueva York. Esto, a pesar de que el evento, según lo anunciado, tenía previsto comenzar a las 8:30 p.m., mientras que la artista no hizo su entrada en el escenario hasta las 11 p.m.
La estrella del pop está inmersa en su Celebration Tour, un recorrido internacional que abarca los años de su carrera. Sin embargo, el retorno a su país natal no fue tan triunfal como sus fanáticos probablemente habían anticipado.
De acuerdo con «Pagesix», mientras Madonna se preparaba tras bastidores, el público, en su inquietud, optó por entonar algunos éxitos y expresar su descontento a través de las redes sociales. Comentarios como «Quiero mi reembolso ahora» y «Si llegas 3 horas tarde, eres jodidamente descortés» inundaron Twitter, extendiéndose incluso a críticas hacia el DJ Honey Dijon, el telonero del evento.
Una fuente cercana a la cantante, que habló con «TMZ», detalló que se planeaba que Madonna subiera al escenario a las 9:30 p.m., pero inconvenientes técnicos con el audio retrasaron aún más su actuación. No obstante, la artista logró presentar un espectáculo completo.
Aunque algunos asistentes dejaron de lado su enojo tras el concierto, describiéndolo como un impresionante catálogo de sus temas más populares que valió la pena la espera, esta no es la primera vez que Madonna enfrenta críticas por su impuntualidad.
En 2020, durante su gira «Madame X,» fue denunciada por dos seguidores: Antonio Velotta y Andrew Panos, que acudieron a los conciertos en la Brooklyn Academy of Music el 21 de septiembre y el 1 de octubre, respectivamente, y alegaron que los recitales, programados para comenzar a las 20:30 horas, iniciaron significativamente más tarde, provocando su regreso a casa en plena madrugada.
En respuesta a esta situación, presentaron la querella ante la Corte Suprema de Brooklyn contra Madonna y la promotora del espectáculo, Live Nation, acusándoles de publicidad engañosa y ruptura del contrato. Su demanda solicitaba la devolución de unos 300 dólares, ya que consideraban que el valor de las entradas se vio afectado al no cumplirse el horario acordado por la famosa.