CIUDAD DE MÉXICO, enero 4 (EL UNIVERSAL).-
Jeffrey Epstein vuelve a acaparar los titulares de la prensa internacional tras la publicación de una lista con nombres de políticos y artistas relacionados con el magnate, acusado de abuso sexual y trata de menores.
El documento, presentado en el Tribunal Federal de Distrito en Manhattan, Estados Unidos, incluye a figuras como Donald Trump, Bill Clinton, Michael Jackson y Stephen Hawking.
Es importante mencionar que no todas las personas que aparecen enlistadas participaron o fueron cómplices de los crímenes de Jeffrey Epstein. Lo que sí es hecho es que la mayoría de los abusos eran cometidos en su isla privada.
Tras ser arrestado en una prisión de alta seguridad, la isla de Jeffrey Epstein fue puesta bajo resguardo para realizar las investigaciones correspondientes. Este pequeño «paraíso» se llama Little St. James y se ubica en el Caribe, cerca de Puerto Rico.
Fue apodada como la «isla de la pedofilia» y tenía una extensión de 300 hectáreas. Contaba con un embarcadero propio, ya que solo se podía ingresar a ella en barco o en el jet privado conocido como «Lolita Express».
En 1998, Jeffrey Epstein compró dicha propiedad por una cantidad aproximada de 8 millones de dólares. El complejo conecta con las Islas Vírgenes, y en 2016 también adquirió Great St. James, una pequeña isla al costado de Little St. James.
La «mansión» de Epstein estaba integrada por la residencia principal, cuatro casas para huéspedes, helipuerto, tres playas privadas, piscinas, gimnasio y hasta salas de cine, según la información obtenida a través de los testimonios de las víctimas.
—-¿Quién es dueño de la isla de Jeffrey Epstein?
El 10 de agosto de 2019, Jeffrey Epstein se suicidó al interior de su celda en la cárcel de Manhattan, Nueva York. De acuerdo con las autoridades, el financista se habría ahorcado dos semanas después de que le negaron la libertad bajo fianza.
La mega isla de Jeffrey Epstein fue puesta a la venta. Y Stephen Deckoff, fundador de Black Diamond Capital Management, compró la propiedad por alrededor de 60 millones de dólares.
Deckoff aseguró que nunca había estado en la isla, sino hasta después de la muerte de Epstein. Además, informó que entre sus planes se encontraba convertir el complejo en un resort de lujo.