Ya no es posible que las tienditas de abarrotes puedan seguir fiando a sus clientes, ya que desde hace muchos años dejó de ser redituable el negocio; “ya no se puede como antes, que se tenía mucho esa costumbre”, manifestó Antonio Hernández Esparza, presidente de la Unión de Abarroteros y Pequeños Comerciantes. Y agregó que los ingresos generados de una tiendita de barrio ya no alcanzan para sostener a un familia, ya que los impuestos y la inflación consumen la poca ganancia que se pueda estar generando.
Dicha situación orillará a muchos abarroteros a tener que bajar sus cortinas o traspasar su negocio, “el pago de impuestos nos pone en aprietos, porque ahora tenemos que presentar declaraciones fiscales muy complejas, por lo que ahora requerimos de los servicios de un contador público”.
Señaló que los incrementos que se hacen a los abarroteros desafortunadamente impactan a los consumidores, que a su vez se les revierte porque los lleva a la pérdida de clientes y ventas.
La época de bonanza para el sector se ha quedado en el pasado, ya que ahora se truenan los dedos para salir adelante en sus gastos; “nos cobran por trabajar y generar empleos”, dijo.
El líder de los abarroteros indicó que solamente pueden fiar en caso de alguna emergencia con quienes ya son sus clientes desde hace años.
Es muy complicado debido a la carestía que tienen los “changarritos”, los dueños de las tienditas ya no cuentan con el suficiente capital para tener la posibilidad de estar apoyando con créditos a sus clientes.
La situación actual es consecuencia de los malos gobiernos, además de que el sector abarrotero no puede estar exento del pago de impuestos, “son carísimos y abusivos”, manifestó.
Y para rematar Hernández Esparza apuntó que los asaltos y robos tipo hormiga son los delitos que más golpean al sector, mismos que ya no son denunciados porque no se logra la detención o si se hace al poco tiempo salen libres los delincuentes.