Que fue algo intencional y no casual el incendio seriado de vehículos el fin de semana, señaló Édgar Guerra Blanco, investigador del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT).
Dijo que es importante comenzar a entender esas acciones de los grupos armados donde emplean la violencia, pues es una forma de comunicación para anunciar su presencia, que están en conflicto con una organización criminal, amedrentar a la sociedad civil y advertir a las autoridades.
Apuntó que existe un tema bastante delicado que se tendría que estar observando, porque dichas formas de comunicación de violencia tratan de consolidar su presencia y la quema de vehículos ya se ha visto en otros contextos como los narcobloqueos y en este caso anunciar que comienza el conflicto entre cárteles.
Es importante ver los mensajes públicos, como amenazas y advertencias contra otros grupos armados, que pueden implicar la violencia cruda y directa; “se debe tener mucho cuidado en no normalizar estos eventos”, expresó el investigador.
Además dijo que no existe ninguna declaración por parte de las autoridades en donde se informe puntualmente lo sucedido, así con las medidas que se tomaron y se tomarán para revertir dicha situación y no existe una presentación de las 6 personas detenidas, presuntos integrantes del Cártel de Sinaloa, quienes actuaron como una respuesta al narcocorrido que circuló por redes social hace dos semanas.
Comentó que dicho video habla de la presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación en Aguascalientes y que corresponde al nombre de “Que comience el juego”, es un elemento más para comenzar armar el rompecabezas.
Apuntó que es importante que la presencia de grupos armados como cárteles de la droga en la ciudad de Aguascalientes “no es un hecho desconocido, ya que desde hace varios años atrás existe evidencia, se han visto las narcomantas y el mismo ex-secretario de Seguridad Pública fallecido, dijo en su momento que había presencia del CJNG y de Sinaloa”.
Recordó que cuando salió a la luz el escándalo que de los “Guacamaya Leaks”, que eran los archivos del Ejército donde existía un informe denominado actividad delictiva y rutas del narcotráfico de Aguascalientes, donde no solamente se establecía la presencia del cártel de Sinaloa, del de Jalisco Nueva Generación y de otros dos grupos más (los Michoacanos y los Talibanes); “hay algo en el Estado”.