Por Erick Cortés.- El Nevado de Toluca ha perdido el 30% de su bosque debido a la tala ilegal e inmoderada de los últimos años. Así lo informó Alhely Rubio Arronis, Secretaría del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Ante la devastadora deforestación, Rubio Arronis señaló la necesidad de cambiar la naturaleza jurídica del Nevado antes de que concluya el sexenio actual, y de colaborar con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) para lograr una conservación más adecuada, enfocada en reducir la tala y mejorar la diversidad de árboles, ya que en los programas de reforestación se suelen plantar árboles de una sola especie.
Desde el 2013, el bosque del Xinantécatl perdió la protección federal y abrió sus puertas a la explotación agrícola y ganadera, así como a las constructoras de viviendas, tras la entrada en vigor de un decreto emitido por el expresidente Enrique Peña Nieto, que, sin debate público, modificó el estatus de la zona, hasta ese momento considerada Parque Nacional.
En aquel año, la medida fue tan impopular que la SEMARNAT se vio obligada a emitir un comunicado para justificar su aceptación: “La categoría que presentaba esta área desde 1936 es una de las más restrictivas, pues sólo se podrían realizar actividades de educación ambiental, turismo, restauración, investigación y fomento de la flora y fauna, pero no permitía ningún tipo de beneficio para la comunidad”, decía el texto.
Pero, casi una década después, la tala ilegal ha evidenciado la urgencia de volver a proteger al Nevado, así lo reconoce Rubio Arronis: “Sobre todo, ha incrementado la tala ilegal. Justamente por eso queremos ver qué nueva figura le damos y a partir de ello, el tratamiento que requiere”, expresó.
A esto se suman las constantes denuncias de ejidatarios que habitan en las zonas aledañas, quienes reclaman la indiferencia de las autoridades estatales y municipales, y denuncian que los grupos de taladores aprovechan la impunidad y la noche para arrasar con los árboles.
Los taladores clandestinos prefieren a los árboles más grandes (de hasta 30 metros de altura) que representan una mayor ganancia, pero a costa de reducir significativamente los niveles de oxígeno en la zona y el hábitat de especies como la Mariposa Monarca, que recientemente ha sufrido una severa reducción en su población.
“Considero que es un espacio que necesita cuidado y atención. Temas tan delicados no se pueden dejar a la ligera sin considerar las consecuencias. No estoy de acuerdo con la tala, ya que daña el ambiente, los ecosistemas, degrada y lastima el Nevado. Debemos juntos cuidar estos espacios y admirarlos, no acabarlos”, opina María Ángel Villanueva, quien al igual que casi 200 mil personas ha firmado una petición en el sitio Change.org para pedir la protección del bosque.