En lugar de estar pensando en meter a la cárcel a las mujeres, se debería de pensar en una exigencia seria al Estado que garantice los derechos de todas; es necesario que se realicen investigaciones eficaces ante los casos de violencia contra las mujeres para se pueda erradicar la revictimización y la impunidad, manifestó Angélica Villalpando Vilches, dirigente del Colectivo Mujeres y Punto.
Y dijo que se ha satanizado a las jóvenes que se manifiestan con pintas sobre los monumentos históricos y que causan destrozos, pero esa situación obedece a un hartazgo de que la violencia no cesa.
Villalpando Vilches, una de las pioneras del movimiento feminista en Aguascalientes, explicó que las pintas en las calles y monumentos, lejos de ser actos aislados de vandalismo, forman parte de la iconoclasia feminista. En la lucha feminista la iconoclasia se redefine como un rechazo a la inacción institucional frente a la violencia hacia las mujeres. Estos actos buscan visibilizar una realidad silenciada, exponiendo la gravedad de la situación que enfrentan miles de mujeres en México.
De acuerdo con los grupos feministas, los espacios públicos como monumentos y edificios representan la imagen que una sociedad proyecta al exterior. Y el concepto de iconoclasia feminista busca alterar esa imagen, pintando consignas o nombres de mujeres desaparecidas, acto que desafía la narrativa establecida y revela la realidad de la violencia de género que persiste en la sociedad.
La dirigente de Mujeres y Punto señaló que la lucha feminista se debe a que las mujeres están hartas de la impunidad que rodea las agresiones que por siglos han vivido las mujeres en un concepto de carencias económicas, culturales y afectivas; sin dejar de mencionar los feminicidios que cada vez más aumentan.
La manifestación del 8 de marzo se debe a que las activistas feministas sienten un dolor y rabia, por lo que se exige un cambio político, no solamente de las autoridades, sino que también de la sociedad.