En el gobierno federal circula un análisis explosivo de los servicios de inteligencia alemanes. Se está observando una importante intensificación de la producción de armas rusas, lo que podría llevar a que Rusia duplique su poder militar en los próximos cinco años respecto al actual, especialmente en armas convencionales, indica Business Insider.
El medio indica que aunque, según evaluaciones de expertos, Rusia ya está dedicando importantes recursos humanos y materiales de su ejército a la guerra en Ucrania, los servicios de inteligencia occidentales están cada vez más preocupados por una escalada.
La proyección ha llevado a la conclusión de que «ya no se puede descartar» un ataque a al menos una parte del territorio de la OTAN, como los países bálticos o Finlandia, a partir de 2026.
La evaluación de la inteligencia estadounidense citada por Business Insider sugiere que Rusia podría tardar entre cinco y ocho años en restaurar la fuerza militar que tenía antes de la invasión de Ucrania.
Varios funcionarios occidentales han advertido sobre una amenaza militar rusa al flanco oriental de la OTAN, diciendo que Rusia no se detendrá en Ucrania e instando a Europa a reforzar las defensas.
Prepararse para una posible confrontación con Rusia
Según el secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, la Alianza debe prepararse para una posible confrontación con Rusia que durará décadas.
En diciembre de 2023, el jefe de Estado Mayor del ejército belga, almirante Michel Hofman, advirtió que el lenguaje belicoso de Rusia y el cambio a una posición de guerra sugieren la posibilidad de que se abran nuevos frentes contra Moldavia o los Estados bálticos, y pidió a Europa que refuerce la preparación militar con urgencia.
En enero de 2024, el máximo comandante de Noruega, el general Eirik Kristoffersen, advirtió que «teníamos poco tiempo» antes de un posible ataque de la impredecible Rusia, afirmando que había una ventana de uno a tres años para invertir más en una defensa segura.
Business Insider dice que la sede de la OTAN también comparte preocupaciones sobre las crecientes capacidades militares de Rusia y una mayor confrontación, pero no cree que esto conduzca necesariamente a la guerra.
En particular, Business Insider cita valoraciones de los servicios de inteligencia estadounidenses, que «a medio plazo» no ven el peligro de un ataque ruso a la OTAN.