Gobierno Federal tiene otros datos con respecto a la desaparición de personas porque las autoridades no están haciendo un trabajo de análisis de contexto y cercano, además de que la gente siente desconfianza, miedo e impunidad, por lo que prefiere no reportar, manifestó la fundadora del Observatorio de Violencia, Mariana Ávila Montejano.
En este sentido dijo que en la zona centro-bajío del país existe un profundo miedo de los familiares para denunciar o darles seguimiento a las desapariciones, sobre todo en Jalisco y Zacatecas.
En el caso de Aguascalientes dijo que la mayoría de los procesos que se reportan ante la Comisión de Búsqueda, la Fiscalía, Medios de Comunión o en el Observatorio, obedecen a situaciones de violencia como económicas, psicológicas, físicas que padecen mayoritariamente las y los niños y adolescentes.
Manifestó que a la autoridad federal le hace falta realizar un trabajo cercano a la gente como lo que realiza el Observatorio de Violencia, que acude a las comunidades, donde se recaba información de familiares que han desaparecido, pero que no realizan los reportes.
La activista explicó que ante dicha situación su agrupación les da a conocer la información y cómo debe presentarse la denuncia, aunque eso ya es decisión de las familias hacerlo, aunque en muchas ocasiones por la desconfianza no lo hacen.
Ávila Montejano indicó que es importante que la sociedad haga el reporte de sus familiares desaparecidos, para poder realizar el análisis de contexto y conocer lo qué está ocurriendo con los jóvenes; asimismo dijo que continuará la exigencia a la autoridad para que siga mejorando los mecanismos para que la ciudadanía se pueda acercar a realizar su denuncia.
No descartó la violencia que tiene que ver con la delincuencia organizada; “no es lejano que en Aguascalientes existe una disputa entre los diferentes grupos delictivos”, destacó que en el Estado no se ha documentado que las jóvenes desaparecidas sea por la trata de personas.
Pero insistió que las familias tienen miedo porque la autoridad no les representa confianza y no les da respuesta; “piensan que ir a reportar implica un desgaste familiar, que tendrán problemas y que hacerlo los puede poner en una posición de vulnerabilidad”, finalizó.