Las autoridades israelíes debaten este domingo qué respuesta dar al ataque iraní con drones y misiles que anoche hizo sonar las alarmas en todo el país, aunque apenas causó daños leves a una base de la Fuerza Aérea e hirió a una niña, que recibió un impacto de metralla.
Pese a que algunos miembros ultraderechistas del Gobierno de coalición han pedido una respuesta contundente del Estado hebreo, lo cierto es que el principal aliado militar de Israel, Estados Unidos, ha dejado claro que no apoyará una escalada en Oriente Medio.
«No queremos una guerra más amplia con Irán», dijo hoy en una entrevista uno de los portavoces de la Casa Blanca, John Kirby, que insistió en que el presidente estadounidense, Joe Biden, no quiere que Washington se involucre más aún en el conflicto.
El apoyo de la aviación estadounidense anoche fue uno de los puntos clave que permitió a Israel y sus aliados neutralizar la gran mayoría de los más de 300 drones, misiles balísticos y misiles de crucero lanzados desde Irán en represalia por un bombardeo en Siria en el que murieron varios miembros de la Guardia Revolucionaria y que Teherán atribuye al Estado hebreo.
El jefe del Estado Mayor israelí, Herzi Halevi, agradeció en un mensaje este domingo la cooperación del Ejército estadounidense en la intercepción de los drones y dijo al jefe del Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM), Erik Kurilla, que ambas fuerzas mostraron su fortaleza.
Una respuesta contundente
A pesar de los llamamientos a la contención, varios ministros israelíes pidieron hoy una fuerte respuesta de su país al ataque.
El ministro de Finanzas, el colono y radical Bezalel Smotrich, dijo hoy en un discurso grabado en la red social X que «los ojos de todo Oriente Medio y del mundo entero» están mirando a Israel y animó a aprovechar la ocasión para formular una respuesta que «resuene en todo Oriente Medio durante las generaciones venideras».
De esa forma «ganaremos», dijo Smotrich, pero «si lo ignoramos, Señor no lo permitas, nos pondremos a nosotros mismos y a nuestros hijos en una amenaza existencial inmediata», añadió.
Por su parte, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, también antiárabe y habitante de un asentamiento en Cisjordania ocupada, dijo que Israel «tiene que volverse loco» para «crear disuasión en el Medio Oriente».
Ben Gvir afirmó que desde el ataque de Hamás del 7 de octubre, que dejó 1.200 muertos en suelo israelí, el país ejerce nuevas doctrinas de contención y proporcionalidad, y que la respuesta de Israel no puede ser «débil, al estilo del bombardeo de las dunas que hemos visto en Gaza en años anteriores».
El ministro de Cultura y Deportes, Miki Zohar, también afirmó que «una respuesta laxa» solo serviría para continuar con el «concepto obsoleto de una lógica razonable frente a terroristas brutales» y señaló que este concepto ya «fracasó» contra Hamás antes del 7 de octubre y contra Hizbulá, que continúa sus ataques en el norte de Israel, y advirtió de que «fracasará contra Irán, que no dudó en atacar directamente a Israel».
Por su parte, el presidente israelí, Isaac Herzog, dijo en una entrevista en la cadena Sky News que Israel está «considerando todas las opciones» para responder al ataque de Irán, que calificó como una «declaración de guerra».
Irán avisa
Las autoridades iraníes, que dieron por concluidos los ataques contra el territorio israelí, han advertido de que una acción de Israel contra Irán tendría una respuesta más contundente.
«El cielo de Irán no es seguro para los agresores y si el enemigo comete un error en sus cálculos y viola el espacio aéreo de nuestro país, se encontrará con golpes mortales y ardientes por parte de los sistemas de defensa aérea del país», advirtió el comandante adjunto de la base de defensa aérea de Khatam al Anbiya, el general de brigada Qader Rahimzadeh, según informa la agencia estatal IRNA.
Estas declaraciones se producen horas después de que la Organización de Aviación Civil de Irán anunciara la suspensión de los vuelos de varios aeropuertos a lo largo del país, entre ellos el Internacional Imam Jomeini de la capital iraní, hasta el lunes de madrugada.