El cantante Laureano Brizuela llegó a México con el sueño de que su música fuera escuchada y aunque su carrera tuvo gran impulso desde un principio, en 1989, un acontecimiento truncaría su sueño durante los cinco meses que estuvo preso, por el presunto delito de evasión fiscal, luego de que su exrepresentante, Raúl Velasco Jr, se deslindase de la responsabilidad de sus actos y él tuviera que ser privado de su libertad por un delito que no cometió, pero ¿qué famosos fueron solidarios cuando, en su mayoría, le dieron la espalda?
En entrevista con Matilde Obregón, el músico argentino rememoró sus primeros años como artista, cuando dejó su natal Argentina, para probar suerte en nuestro país. Laureano fue uno de los primeros exponentes del rock a quien se le dio voz, todavía antes que otras grandes agrupaciones mexicanas que experimentaban con el género, como Botellita de Jerez, La Maldita Vecindad, El Tri, Las Insólitas Imágenes de Aurora y Kenny y los Eléctricos.
«Estaba prohibido por el estado, no querían que sonara en rock en México, punto», expresó.
En esa época, existía una idea muy prejuiciosa acerca del rock y sus intérpretes, por lo que cuando Brizuela lanzó su álbum «El ángel del rock», el secretario de gobernación lo mandó a llamar para que juntos se sentaran a escuchar su producción, descartando que en él hubiera composiciones subversivas o contestatarias que incitaran a la población a romper el orden público.
«Quería escuchar mi disco para darme permiso para trabajar en ´Siempre en domingo´, nos tuvimos que sentar con un señor con unos bigotes todos torcidos, como manubrios, y empezó track por track a escuchar, ¿quién será este tío que está analizando mi música?», pensó el cantante.
De esta manera, Brizuela obtuvo el visto bueno para que comenzara a presentar su música en el programa de Raúl Velasco, «Siempre en domingo». donde conoció a Raúl Velasco Jr, quien se convirtió en su representante.
En ese momento, el intérprete de «Sueños compartidos» nunca se imaginó que firmar con Velasco Jr, no llevaría a ser encarcelado en el Reclusorio Norte años más tarde.
Esto se debió porque que su representante comenzó a ser investigado por el delito de evasión fiscal, pues Raúl no había declarado seis conciertos que Brizuela ofreció, situación que llevó a su representante a ser detenido.
Para ese entonces, Laureano estaba fuera de México y recuerda que Velasco padre no fue para avisarlo y evitar que aterrizara en nuestro país pues, en cuanto llegó, fue privado de su libertad.
Laureano argumenta que Velasco no le advirtió de su probable encarcelamiento, debido a que lo único que deseaba es que su hijo Raúl fuera puesto en libertad y, en cambio, entregar la cabeza del intérprete de «Contigo o sin ti».
«Seis fechas que no había declarado Raúl Velasco, iban contra él, contra el hijo, y el papá pudo haberme llamado, yo venía de Miami, un: ´-Oye, no vengas, están persiguiendo a mi hijo porque él, aparentemente, no está declarando las fechas que ustedes hacen´, se supone que él declare, yo no tengo nada que ver y me hicieron responsable, él sacó a su hijo y me ofreció en bandeja a mí», contó.
A su entrada al reclusorio, Brizuela fue clasificado con una personalidad determinada como «agresividad media o alta», por haber contestado de mal modo a la psicóloga con la que se entrevistó, la que se encargó de dirigir en que zona de la prisión debía ser instalado.
«Todo eso era dedo del gobierno para mancillarme, para mostrarme como si yo fuera el peor ejemplo que podía dar una sociedad», consideró.
Sin embargo, recordó que los presos sabían que él era inocente, por lo que hasta criminales confesos lo defendían:
«Me cuidaban y un gran personaje, pero no voy a decir nombres, muy conocido este hombre en todo el planeta, me abrazó y me dijo: ´-Mira, cabr*n si tú estás aquí, somos todos inocentes´, era como ilógico que yo estuviera ahí», destacó.
Durante su estancia, de cinco meses, Brizuela recibió la visita de algunas figuras del medio que mostraron su solidaridad, como el caso de Laura Flores, Olga Breeskin, Sergio Facheli y Las Pandoras, las que no soportaron el escenario hostil que representaba pisar un reclusorio.
«Las Pandoras no duraron 10 minutos, salieron vomitando todas, la energía que respiras dentro», aseguró.
Cuando mostró su inocencia y recuperó su libertad, Laureano volvió a visitar a los internos y ofrecer un concierto como lo había prometido mientras estuvo preso.