Ni el Sol, ni la lluvia, hicieron que los fans se movieran de su lugar con tal de ver a Madonna, aunque fuera por unos breves segundos, antes de que la estrella partiera rumbo al Palacio de los Deportes.
El movimiento para que la estrella pop llegue a su compromiso con sus fans mexicanos, comenzó desde las cuatro de la tarde, cuando un par de camionetas en color negro se estacionaron en las puertas del hotel, ubicado frente a la Glorieta de la Diana; cuatro minutos después su hija Mercy James salió tranquilamente y abordó uno de los vehículos, el cual salió en dirección a Chapultepec.
Desde ese momento el grupo de personas comenzó a crecer, más por curiosidad que por saber que Madonna estaba hospedada ahí, ya que pasaban y al ver a los cuatro fans que estaban entusiasmados por ver a su ídolo, preguntaban «¿A quién están esperando?», cuando se les decía que era a la «reina del pop», se quedaban para obtener una imagen de ella o simplemente para verla.
El tiempo transcurría y la intérprete de Vogue no hacía acto de presencia, pero a las 16:20 horas, los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), tres motociclistas y una camioneta con tres elementos comenzaron a tomar posiciones y dos oficiales de tránsito pararon el tráfico que venía de Circuito Interior.
A las 16:33 horas, por una puerta lateral a la entrada principal del hotel, vestida con una gabardina negra, lentes oscuros y su rubia melena suelta, apareció Madonna acompañada de dos asistentes, quienes la ayudaron a subir a una camioneta negra, a la cual ya esperaban los motociclistas para abrirle paso en sentido contrario y saliera rumbo a avenida Chapultepec, seguida de otro vehículo y la camioneta de la SSC, perdiéndose de vista casi inmediatamente.
Todo esto sucedió de forma tan rápida y sorpresiva para los fans, que la esperaban por la entrada principal, que pocos lograron tener una imagen de ella, aunque no se fueron desilusionados ya que aunque fuera por algunos segundos, pudieron tener muy cerca a esta leyenda de la música.