El expresidente de Ecuador Rafael Correa (2007-2017) aseguró que la consulta popular efectuada este domingo ha supuesto una victoria del pueblo y un freno al actual mandatario, el empresario Daniel Noboa, quien impulsó la votación del referéndum sobre seguridad, justicia, inversiones y empleo.
Correa, en una declaración de prensa organizada por su formación política, Revolución Ciudadana (RC), señaló que a tenor de los resultados, el Ejecutivo ha perdido en dos preguntas claves de las once que integraban la consulta, las referidas al arbitraje internacional en inversiones y los contratos laborales por horas.
De acuerdo a un sondeo a boca de urna de la empresa Infinity Estrategas, el ‘No’ ganó con el 59,44 % de los votos en la cuestión de los arbitrajes internacionales y con el 65,91 % en la propuesta de los contratos por horas.
Según el exmandatario, que reside en Bélgica y que compareció ante la prensa por videoconferencia, el triunfo del ‘No’ en esas dos preguntas es una «clara derrota» de Noboa.
Y es que, para el líder de la Revolución Ciudadana, las otras nueve preguntas, referidas a seguridad y justicia formaban parte de una «consulta absolutamente innecesaria», porque las reformas que perseguían son tramitadas en la Asamblea Nacional (Parlamento).
«Jamás debimos pasar por esto» porque la consulta se realizó en un momento complejo para el país que padece una crisis energética con amplios periodos de racionamientos eléctricos a escala nacional, agregó.
Correa añadió que la pregunta sobre la aplicación de arbitrajes internacionales a las inversiones y la posibilidad de que las empresas puedan contratar por horas a trabajadores, beneficiaban directamente a Noboa, porque tiene empresas «registradas en el exterior» y en el país.
«El pueblo ecuatoriano le ha puesto un freno a un aspirante de dictador», añadió Correa, que dijo que la votación muestra una «clara derrota de un improvisado».
El exmandatario, que gobernó Ecuador entre 2007 y 2017, opinó que el resultado de este domingo abriga también la esperanza para que Ecuador vuelva en el futuro «a una senda de progreso» con una administración que trabaje por «el bien común».