El cantante de corridos tumbados, Natanael Cano, originario de Sonora, hizo temblar los cimientos del palenque con una presentación que dejó a todos los hidrocálidos sin aliento.
Con su característico estilo, Natanael abrió la noche más esperada de toda la feria, irrumpiendo en el escenario con sus lentes oscuros y su emblemática
gorra, listo para hacer vibrar a la audiencia.
El concierto comenzó con la potente interpretación de “El F”, una de sus canciones más emblemáticas, que marcó el inicio de una velada llena de
emociones y energía desbordante.
Éxitos como “Madonna” resonaron en todo el palenque, mientras los asistentes, emocionados, se pusieron de pie para disfrutar al máximo del espectáculo, capturando cada momento con sus teléfonos celulares para atesorarlos por siempre.
El interés por presenciar el concierto fue tal que, incluso a las afueras del palenque, las personas seguían aguardando una oportunidad para comprar boletos y unirse a la multitud que disfrutaba del talento de Natanael Cano en vivo.
La expectativa y la emoción se palpaban en el ambiente, evidenciando la enorme popularidad y el impacto que tiene este joven exponente del género regional mexicano.