Aún no salía el sol en varias de las ciudades de la Unión Americana donde los consulados generales de México estaban asignados para dar espacio a los connacionales votantes de manera presencial, para ejercer su derecho al sufragio efectivo desde el exterior, cuando ya se contabilizaban decenas de personas haciendo fila. Sin embargo, el entusiasmo mañanero dio paso a la frustración y, después, al enojo.
La cita era a partir de las 8 de la mañana. El sol salió y la fila en cada localidad creció a cientos y al poco rato, a miles. A las pocas horas, en algunos consulados se comenzaron a presentar quejas por falta de organización. En Los Ángeles, California, por ejemplo, antes de que abrieran las puertas, los mexicanos deseosos de sufragar estaban aglomerados frente a la sede diplomática, sin orden; la fila inicial había desaparecido y hubo que esperar hasta lograr formarlos.
«Hay un caos», decía a EL UNIVERSAL Miguel García Lomelí, quien estaba de paso por Los Ángeles y le tocó buscar una boleta en la casilla especial para quienes transitan fuera del país.
Otro caos fue reportado desde San Diego, California, por Tatiana Martínez, quien dijo que todo era un desorden.
En la Embajada de México en Washington el orden reinó, en cambio, y los mexicanos estaban tan emocionados por la jornada electoral que, de un momento a otro, algunos comenzaron a cantar el Himno Nacional y en segundos los demás los siguieron y crearon uno de los momentos inolvidables del voto en el exterior.
Los 20 consulados asignados en Estados Unidos fueron: Atlanta, Georgia; Chicago, Illinois; Dallas, Texas; Fresno, California; Houston, Texas; Los Ángeles, California; Nueva Brunswick, Nueva Jersey; Nueva York, Nueva York; Oklahoma City, Oklahoma; Orlando, Florida; Phoenix, Arizona; Raleigh, Carolina del Norte; Sacramento, California; San Bernardino, California; San Diego, California; San Francisco, California; San José, California; Santa Ana, California; Seattle, Washington, y Washington, D.C.
Pasadas las primeras horas, comenzaron a resonar voces de molestia en los consulados.