Por Erick Cortés.- No muchos países pueden presumir su biodiversidad. De hecho, sólo 20 naciones son reconocidas como países megadiversos. Y de estos, existe un grupo aún más selecto de diez países que albergan al 70% de las especies conocidas en el mundo.
Estos diez países (Australia, Indonesia, China, India, Sudáfrica, Brasil, Colombia, Perú, Estados Unidos y México) han sido evaluados por la World Animal Protection, una organización global que analizó las leyes que regulan el comercio de la fauna silvestre, su transporte, protección y cría en cautiverio.
El estudio encontró que México —el sexto país más biodiverso del mundo, según el índice de Biodiversidad Global— es también el que menos se esfuerza por proteger a su flora y fauna, al ocupar el último lugar en el número de legislaciones vigentes en materia de protección animal, contando sólo con tres leyes enfocadas en la protección y regulación del comercio de la fauna silvestre.
Por el contrario, Estados Unidos se llevó el reconocimiento de ser el país más protector de sus especies, al contar con la mayor cantidad de leyes (24 normas y 116 disposiciones) relacionadas con la extracción, el cuidado en cautiverio y el comercio de animales y plantas.
Al evaluar a Brasil, el país más biodiverso del mundo, la WAP encontró que sólo cuenta con seis leyes enfocadas en la protección de su flora y fauna, aunque fue el único que contó con una ley específicamente detallada contra el maltrato y la crueldad animal.
Por su parte, Colombia protege a sus especies con 11 leyes y 62 disposiciones; mientras que Perú lo hace con ocho leyes relativas al bienestar animal, la crueldad o la salud.
En palabras simples, la biodiversidad es la variedad de formas de vida que existen en el planeta, mismas que resultan cruciales para el equilibrio del ecosistema y para el bienestar del ser humano.
A pesar de ello, la pérdida de biodiversidad es una realidad preocupante, particularmente para México, cuyos resultados sorprenden y ponen en duda la eficiencia de sus esfuerzos por proteger a la biósfera con la creación de organismos como la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).