Plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo. Esas son las cosas que un proverbio popular dice que un hombre tiene que hacer antes de morir.
Estas tres cosas tienen algo en común: el convertir a un hombre en creador.
Si buscamos “padre” en el diccionario, además de encontrar lo obvio (“aquél varón que ha engendrado a uno o más hijos”), hallaremos una definición más atinada: “creador, autor o fundador de algo”.
Mucha gente no está dispuesta a otorgar el título de ‘padre’ a un hombre que sólo ha procreado. “Padre no es el que engendra”, reza otro refrán. Y es que la mayoría de la gente considera que engendrar es apenas el primer paso de una tarea que no parece ser sencilla: proteger, proveer, educar y enseñar. En otras palabras: criar.
Sorpresivamente, la definición de la palabra «criar” es casi idéntica a la de “crear”. Así que la misión es clara: formar a un hombre o mujer de bien. Procurar, como al árbol plantado, que crezca lo mejor posible. Pulir, como al libro escrito, sus cualidades. Y entregar al mundo la mejor versión de un ser creado, en todos los sentidos, por un hombre.
“Es una responsabilidad muy valiosa y muy grande; ser el ejemplo y el motor para que mañana mis hijos sean personas que aporten cosas buenas a la sociedad”, opina Mauricio.
“Para mí, ser padre es revivir mi infancia y mi inocencia. Amar cada detalle y cada característica de mis hijos. Aunque a veces sea agobiante y el cansancio esté siempre, el disfrutar cada instante al lado de ellos es la mejor parte”, cuenta Javier.
Por supuesto, no podemos olvidar la labor más importante de todo papá: amar. “No es otra cosa que entregar amor sin medida y sin esperar algo a cambio. Sólo la alegría de verlos convertirse en buenos seres humanos”, opina Diego, padre de tres hijos.
A riesgo de emitir una opinión impopular, tenemos que reconocer que, en nuestros tiempos, a un padre se le exige más de lo que se le reconoce.
Un día no será suficiente, pero seguramente un abrazo, en esta fecha o en cualquier otra, bastará para devolverle un poco la felicidad que en más de una ocasión pudimos sentir, quizás sin darnos cuenta, quizás cuando todo iba mal, quizás cuando el mundo se derrumbaba y ni siquiera nos enteramos, gracias al trabajo y sacrificio de nuestro papá.
A quienes han dado lo mejor de sí mismos por el bien de nosotros: FELIZ DÍA DEL PADRE.