El inminente inicio de una Tercera Guerra Mundial y la ventaja que saca un grupo de millonarios para ponerse a salvo es la nueva historia de los creadores de «La casa de papel», y quienes han echado mano de un mexicano para contarla.
Desde enero pasado JM Cravioto («Olimpia» y «Corazonada») se encuentra en España, donde codirige la serie «El refugio atómico», protagonizada entre otros por Natalia Verbeke («El hijo de la novia») y Joaquín Furriel («El hijo»).
«Hay mucha acción», dice el director brevemente por cuestiones contractuales.
«Creo que ayudó que he hecho varias cosas para Neflix, como ‘Diablero’ y ‘El Chapo’, y querían a alguien con el manejo d
varios tonos, así que estaba en el radar», añade.
El propio Alex Pina, creador de «La casa de papel», colgó en su cuenta de Instagram la sinopsis oficial de la serie cuyas grabaciones acaban el mes próximo y será lanzada por la compañía de streaming de las letras rojas.
«(Los millonarios) Se refugian en un búnker de lujo: Kimera Underground Park.
Desde allí verán en pantallas, en un espectáculo lleno de perplejidad, cómo el mundo que conocían se va desplomando sobre sus cabezas», explicó.
«El refugio atómico» es coescrita entre Pina y Esther Martínez Lobato (Berlín).
Junto con el director mexicano se encuentran tras la cámara los cineastas David Barrocal (Sky Rojo) y Jesús Colmenar (Vis a vis).
De estreno
El más reciente trabajo de Cravioto está en salas mexicanas bajo el título «Entra en mi vida», liderada por Paulina Goto, interpretando a una mujer que acaba de romper con su pareja y no le va bien en el trabajo, por lo cual pretende convertirse en una influencer.
Lo distintivo del filme es que prácticamente está rodada desde el punto de vista de una cámara de celular, como si esta fuera manipulada por los propios personajes.
«La comencé en 2019, cuando no había nada de ello en el cine y ahora ya hay muchas películas, pero esta es la única contarla en primera persona, hay quien me ha dicho que es una comedia experimental (risas), pero desde un inicio fue utilizar a la pantalla como un lienzo, donde si yo iba a ocupar la imagen en vertical, había que llenar esos espacios», cuenta.