Injusticias, violencia, divisiones, ambiciones de poder e ideologías de género con las que se vulnera la dignidad de las personas, son los grandes lastres hoy en nuestro país, sostuvo el Nuncio Apostólico Joseph Spiteri, al encabezar la ceremonia de celebración del 125 aniversario de la Diócesis de Aguascalientes, quien dijo, es lamentable que exista tanto mal en México y en el mundo, que está atentando contra los derechos fundamentales de las personas.
No obstante, el representante del Papa Francisco, llamó a los fieles a no desanimarse ante todos estos temas que hoy en día afectan a la sociedad. Dijo, es importante encomendarse a Dios y a la Virgen María y, por nuestra parte, evitar cometer injusticias.
En el marco de la celebración del 125 aniversario de la Diócesis de Aguascalientes, el Nuncio Apostólico dio un fuerte mensaje ante los atropellos que hoy en día se padecen en nuestro país. Indicó que lamentablemente seguimos envueltos en un montón de injusticias, de divisiones, de violencia y de las famosas ideologías de género que están vulnerando los derechos fundamentales.
“Seguimos con tantas injusticias, seguimos con la violencia, seguimos con las divisiones, seguimos con los problemas de las enfermedades, seguimos con luchas fratricidas, con ambiciones de poder, seguimos con la imposición de ideologías que no respetan la dignidad de la persona, que no respetan sus derechos fundamentales, cómo es posible todo eso”.
Todas estas cuestiones, dijo, “sabemos que hace parte del misterio del pecado, del misterio del mal que existe en el mundo, pero debemos animarnos con las palabras de nuestra madre santísima y recordar que está en cada uno de nosotros transformar a la realidad las palabras anunciadas por la Virgen María”.
Ante lo anterior, Joseph Spiteri manifestó que “toca a nosotros trabajar por un mundo más justo, no caer en la tentación de cometer injusticias con nuestros hermanos. Toca a nosotros respetar la dignidad de cada persona, también de los que no piensan como nosotros, también de los que nosotros vemos como alejados de la Iglesia y sobre todo de los más necesitados. Toca a nosotros construir una sociedad más fraterna, más solidaria, con nuestro ejemplo, con nuestras obras, con obras de misericordia”.