Unos 300.000 manifestantes salieron esta noche a las calles de Tel Aviv para clamar contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, blanco de las numerosas protestas que este domingo han atravesado el país por la muerte de seis rehenes en Gaza unas horas antes de que el Ejército recuperara sus cadáveres.
«Si mi Gobierno no hace todo lo que esté en su mano para traer a los rehenes de vuelta, aunque eso signifique pagar un precio muy elevado, no creo que este país pueda seguir existiendo», dice Tal Horowitz, de 45 años, lamentando sentirse desprotegida como israelí tras casi once meses de guerra en Gaza en los que aún 97 cautivos siguen en manos de la organización islamista Hamás.
Esta mañana, la noticia de que seis rehenes cuyos cuerpos recuperó el Ejército en un túnel del sur de la Franja -todos ellos asesinados «con varios disparos a corta distancia» tan solo entre 48 y 72 horas antes según la autopsia desvelada por el Ministerio de Sanidad- incendió los ánimos de los israelíes que consideran que un acuerdo de alto el fuego habría evitado su muerte.
El suceso desató protestas en todo el país, con su epicentro en Tel Aviv, y que también llegaron a ciudades como Jerusalén o Haifa, en las que muchos de sus asistentes ven una oportunidad inédita para presionar el Gobierno a llegar a un acuerdo de alto el fuego con Hamás.
Según el diario israelí Haaretz, la cifra de asistencia en Tel Aviv ronda las 300.000 personas. A las afueras de la ciudad, los manifestantes bloquearon las autopistas, llegando a crear barricadas de neumáticos en llamas para ello.
También en la portuaria Haifa, al norte del país, miles de personas bloquearon enarbolando la bandera nacional los accesos a la ciudad.
Las protestas continuarán a lo largo de la semana, ya que la organización de sindicatos más grande de Israel, Histadrut, anunció una huelga general a partir de mañana lunes, que incluirá al aeropuerto internacional de Tel Aviv.
Los jóvenes se suman a las protestas
«Vengo aquí casi cada semana y puedo decir que esto es al menos diez veces mayor que las protestas que hacemos cada sábado», relata Roni Ben Aharon, quien dice junto a Horowitz llevar manifestándose al menos una vez a la semana desde el pasado 4 de enero.
Ambos coinciden en que no solo el volumen de la protesta, sino también su composición ha cambiado este domingo por lo sucedido esta mañana: los dos ven a muchos jóvenes entre la multitud, algo no tan habitual en las manifestaciones que Tel Aviv acoge los sábados, donde los asistentes son mayormente adultos y familiares de rehenes.
Elisa, una anciana de ascendencia argentina, tiene la misma impresión tras llevar acudiendo a las protestas semanalmente desde hace casi un año: «Esto es un terremoto, nunca vi tanta gente en la calle», explica emocionada.
También Elisa ve que la presencia de gente joven ha supuesto un cambio con respecto a las manifestaciones semanales que acoge la ya conocida como «Plaza de los rehenes» de Tel Aviv.
Entre los manifestantes se observan grupos de adolescentes, universitarios y hasta agrupaciones de scouts cargando con pancartas con mensajes como «Tú eres el líder, tú eres el culpable», si bien muchos, menores de edad, prefieren no dirigirse a los medios.
Demanda del alto el fuego
«Sin lugar a dudas es por la falta de acuerdo, por eso los asesinaron», lamenta Elisa.
Las negociaciones del alto el fuego entre Israel y Hamás continúan sin un horizonte claro y muchos manifestantes ven en las demandas del primer ministro -controlar el corredor de Filadelfia que separa Gaza de Egipto y el de Netzarim, que separa ahora el norte del sur de Gaza- el mayor impedimento para lograr el retorno de los cautivos.
Michal y Ofri, ambos de unos 30 años, consideran que si la decisión del Gobierno está entre lograr una «victoria total» en Gaza -como Netanyahu viene defendiendo desde hace meses- o rescatar a los secuestrados el pasado 7 de octubre que siguen en la Franja -de los cuales una treintena ya están muertos, según estimaciones del Ejército-, debe primar traer de vuelta a los cautivos.
La exigencia de controlar el corredor de Filadelfia ha cobrado especial importancia en las protestas, ya que el jueves, día en el que el Instituto Nacional de Medicina Forense de Israel cifra que los seis rehenes pudieron ser asesinados, se produjo la reunión del gabinete del Gobierno en la que Netanyahu insistió en mantener la presencia militar en dicha frontera.