Agentes de varios cuerpos policiales continúan este domingo la búsqueda del autor del tiroteo ocurrido este sábado por la tarde en una carretera interestatal cerca de la localidad de London, en Kentucky (EE.UU.), que dejó cinco personas heridas.
Según la policía de London, una pequeña comunidad de apenas 8.000 habitantes, el sospechoso es un hombre identificado como Joseph A. Couch, de 32 años, que huyó en un vehículo del lugar de los hechos.
La camioneta fue encontrada en la noche del sábado por agentes de las fuerzas del orden en un camino de servicio forestal, y este domingo por la mañana las autoridades hallaron en un bosque de la zona el arma con el que abrió fuego, un fusil AR-15.
Según Gilbert Acciardo, el oficial responsable de Asuntos Públicos del condado de Laurel, en el sureste de Kentucky, las autoridades no creen que se trate de un incidente debido a una discusión de tráfico.
Acciardo precisó en la rueda de prensa celebrada este domingo que las víctimas se encuentran hospitalizadas en estado estable y que, con la ayuda de un dron y un helicóptero, la búsqueda del sospechoso continúa con cautela en esa zona rural y boscosa de difícil acceso.
«Queremos estar seguros y queremos que todos los demás también estén seguros. Y queremos capturar al sospechoso con vida», añadió el agente, quien confirmó que una de las víctimas recibió un disparo en la cara y otras en el brazo y en el pecho, todas ellas heridas muy graves.
Indicó Acciardo que todavía no se han podido determinar las razones del supuesto agresor para disparar desde una zona boscosa o un paso elevado contra los vehículos que circulaban por la Interestatal 75, junto a la salida número 49.
Las autoridades creen que el sospechoso podría encontrarse escondido en un área cercana a la citada salida.
La única imagen que llegó del lugar de los hechos muestra una serie de automóviles cruzados o parados en mitad de una autopista con las puertas abiertas, escena que parece indicar que fueron abandonados a toda prisa.
La Oficina Federal de Investigaciones, el Servicio de Alguaciles de EE.UU. y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, en inglés) se desplazaron al lugar del incidente para evaluar las pruebas y sumarse a la investigación y búsqueda del sospechoso.