Si existe alguna profesión que merezca más de una celebración al año esa sería, sin duda, la docencia. En México celebramos a las y los profesores cada 15 de mayo, pero ¿sabías que la UNESCO tiene su propia fecha de conmemoración? Desde 1994, esta organización conmemora el trabajo de quienes, sin tantos reflectores, verdaderamente son artífices e impulsores del cambio y el crecimiento de la sociedad.
Este año, bajo el tema «Valorar la voz de docente: hacia un nuevo contrato social para la educación»., se busca reconocer el papel que tienen las y los docentes en la transformación social, así como reflexionar sobre los retos y desafíos que se tienen con las nuevas generaciones y a lo que ello les obliga; la incorporación de herramientas como la I. A.; la poca visibilidad y remuneración del arduo trabajo que el docente tiene de formar no solamente profesionales, sino seres humanos listos para brindar su aporte a la sociedad.
Es un día, más que para celebrar con justa razón al profesorado, para recordarle la importancia de su labor y lo que esta representa: no adiestramiento, sino enseñanza. No la diestra obediencia, sino la semilla de la creatividad. El reto de las y los profesores actuales es transformar la educación para que esta siga siendo generadora de transformación individual y colectiva.
Al final de cuentas, nada de esto sería posible sin la labor educativa, la cual, a decir del educador y filósofo brasileño impulsor de la pedagogía crítica, Paulo Freire, “cuando la educación no es liberadora, el sueño del oprimido es convertirse en el opresor”. No se trata, pues, de educar para la infértil esclavitud, sino ante todo, para la liberación que da como fruto la creación de un mundo nuevo.