ABORTO Y CRIMEN NO DEBEN VERSE CON NORMALIDAD, ADVIERTE
Negar las dificultades es un mecanismo de defensa muy primitivo.
Tras cuestionar de manera severa la miopía espiritual que predomina hoy en día, Monseñor Juan Espinoza Jiménez llamó ayer a despojarse de las gafas que distorsionan la realidad, a ver el aborto como un derecho o al crimen organizado como algo normal y por lo mismo no se hace el esfuerzo ni se buscan caminos para erradicarlos del país.
En la homilía dominical que versó sobre el pasaje del ciego Barquimeo que por su fe recuperó la vista después de pedirle el milagro a Jesús, el Obispo de la Diócesis de Aguascalientes advirtió que la negación de la realidad es un mecanismo de defensa muy primitivo, por lo que hizo un llamado a velar sobre todo por los más necesitados, así como a despojarnos de aquellas seguridades que muchas veces son falsas seguridades para nosotros.
Asimismo y luego de mencionar que “hay quienes prefieren seguir usando las gafas distorsionadas de la realidad porque persiguen otros intereses y no los de sus semejantes”, el pastor diocesano dijo que es importante y necesario pedirle a Jesús “que nos ayude a quitar la ceguera de nuestra vida y que seamos capaces de descubrirlo en nuestro caminar y capaces también de seguirlo en su entrega generosa”.
MOMENTOS DELICADOS
El jerarca católico dijo que por la ceguera que se padece, la súplica de Barquimeo a Jesús ha de resonar con especial fuerza en la realidad que nos toca vivir hoy en día, “porque nuestros ojos llevan gafas que distorsionan la realidad y nos hacen consentir lo malo como bueno, el aborto como un derecho cuando la ciencia lo dice y todos sabemos que es un crimen que la ley permite”.
Advirtió que esa ceguera también hace ver el crimen organizado como algo normal y por lo mismo no se hace el esfuerzo ni se buscan caminos para erradicarlo y que pueda haber paz en nuestro México.
De igual manera señaló que “no es buena esa miopía espiritual que lleva a presentar y defender el humanismo de una forma sesgada e interesada, diferente de aquella lucha humanitaria que quiere ser para todos justa, íntegra y basada en valores cristianos”.
AYUDAR AL NECESITADO
“Jesús nos enseña que en nuestro caminar no podemos hacer oídos sordos a aquellos que nos piden una ayuda. No podemos cerrar los ojos y no ver a los que están en el margen del camino. Tantos desplazados, tantos migrantes, tantos familiares de personas que han sido privadas de su vida. Ellos, más los que padecen necesidad por la pobreza que aumenta en nuestro país y tantos ancianitos que viven solos y enfermos, todos ellos siempre serán los más necesitados”, mencionó.
Haciendo alusión a las lecturas del Evangelio del día, Monseñor Juan Espinosa dijo que “el grito de Barquimeo encarna también el grito de muchas personas desesperadas, con un hálito de fe a veces insipiente por sus necesidades, limitaciones, enfermedades. Es el grito del pobre, del desvalido, del marginado y excluido de la sociedad. Es el grito de quien se siente impotente ante las realidades adversas y que clama justicia y compasión”.