‘Salieron de San Isidro,
procedentes de Tijuana,
traían las llantas del carro,
repletas, de hierba mala…’.
Canta la famosa agrupación que ha sobrevivido a la censura: Los Tigres del Norte.
Lo cierto es que los narcocorridos han existido desde la Revolución Mexicana, pero desde hace algunos años se ha cuestionado su reproducción y la presentación de cantantes del género.
De acuerdo con los registros, el primer narcocorrido se grabó el 8 de septiembre de 1931 en un pequeño estudio ubicado sobre la calle Texas, de la ciudad de El Paso, era la primera vez que una canción hablaba de un traficante de drogas y de cómo había muerto.
En México, los corridos narraban los episodios de la Revolución Mexicana a modo de gestas épicas, época en que a través de versos y rimas los compositores narraban la historia de hombres valientes, que dieron su vida por la patria.
Al pasar de los años, este género musical pasó a contar las historias de hombres del narcotráfico y en los años 70 comenzó a verse una serie de mutaciones que narraban las andanzas de los traficantes que pasaban droga al otro lado de la frontera.
En últimas fechas, las autoridades han estado analizando la viabilidad de prohibir que se reproduzcan o se interpreten los narcocorridos en espacios públicos.
Al respecto, el investigador especialista en sociología (CONACYTH), Edgar Guerra Blanco, hizo alusión al incidente de violencia ocurrido en El Ruidoso, un bar ubicado en el corazón de la Feria Nacional de San Marcos, suceso por el cual las autoridades de Aguascalientes plantearon la posibilidad de prohibir los narcocorridos en la Entidad.
El investigador indicó que periodistas, políticos y ciudadanía en general celebraron la propuesta, aunque la interrogante será si esto será o no efectivo, sobre todo cuando ocurren hechos de violencia y las autoridades proponen prohibir los narcocorridos. “¿Realmente se está tratando el fondo del problema?”, lanzó la pregunta el sociólogo.
En este sentido, Guerra Blanco consideró que dicha medida que se busca implementar no resolverá el problema desde la raíz, ya que por el contrario, las discusiones se centran más en la prohibición y se desvía la atención de las causas de fondo, cuando se deberían de plantear las bases para analizar la complejidad del problema.
“Las medidas prohibicionistas son poco eficaces, aunque muy populares”, mencionó el investigador.
Tras lo anterior, hizo referencia al artículo científico Corridos de traficantes y censura del sociólogo Luis Astorga en 1987 se hicieron los primeros intentos por censurar la difusión de los corridos en el estado de Sinaloa y durante el gobierno de Francisco Labastida Ochoa, solicitó a los concesionarios de radio y televisión prohibir la transmisión de este género. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, en Sinaloa se continuó dando la producción y tráfico de sustancias ilícitas, el consumo de drogas y una región asolada por la violencia.
Por esto, Guerra Blanco señala que se deben tomar ejemplos como éstos para evaluar si con la prohibición de los narcocorridos, el problema del tráfico y consumo de drogas podrá ser erradicado.
Por su parte, el ex-diputado y ex-director del Instituto de Educación de Aguascalientes, Raúl Silva Perezchica, señaló que los narcocorridos hablan sobre violencia, adicciones o liderazgos no positivos, por lo que lo recomendable es que los menores de edad no sean expuestos a este tipo de género musical.
Mencionó que se supone que por parte de los mayores de edad ya debe existir un criterio, pero en los menores de edad, del hecho de idolatrar o ver como ejemplos a personas que están inmersas en el narcotráfico “es un riesgo”.
El ex-legislador de la Comisión de Educación en el Congreso del Estado señaló que ya tiene tiempo que se ha venido planteando que los programas de televisión, de radio o redes sociales, se encuentran expuestos a una violencia y hacen que se normalice.
Para estar hablando de legislar la reproducción de los narcocorridos se deben realizar una serie de evaluaciones, “un análisis profundo del efecto que pudiera tener, como lo que ha sucedido en otros lugares”.
Manifestó que se debería de ir normando la prohibición de manera gradual para revisar los efectos que se tienen, “no se quiere llegar a que resulte algo de mayor tentación”.
Además, se tiene que evaluar cuál sería la parte punitiva de las prohibiciones, “en lo particular no existen iniciativas de ninguna compañera o compañero, ni por parte del Ejecutivo.
Aseguró que ese tipo de música sí llega a impactar en los niños y en los jóvenes, por lo que se tiene que ir erradicando ese tipo de cultura.
Por su parte, la diputada Nancy Gutiérrez manifestó que incluso se deberá ir viendo la posibilidad de que en el Palenque de la Feria tampoco se lleven artistas que interpreten los narcocorridos por tratarse de un espacio más público.
Hablando del tema, no podemos dejar de recordar el narcocorrido en el que participó la jefa de la Policía Municipal de Jesús María, Georgina Tiscareño, acción que causó polémica entre la población y que le costó su trabajo.
La ex-jefa de la policía fue la inspiración del narcocorrido y la protagonista del video en que dejó verse con un gran escote y tacones con suela roja, pero además se exhibió la fotografía del actual presidente municipal de Jesús María.
Recordemos que perdió su empleo, pues los señalamientos de los diferentes sectores de la sociedad cuestionaron su trabajo, ya que la señalaron por tener vínculos con la delincuencia organizada, por lo que su credibilidad y confianza se fueron por los suelos.
“…Cuando tenía 15 años, ya buscaba la manera del negocio conectar,
su clave fue ‘Tormenta’, muchos la conocerán,
un nombre de respeto, de palabra y de lealtad,
atrapa miradas, no le intimida cualquiera,
su presencia se hace notar…”.
Así versaba el narcocorrido de ‘Tormenta’ y que provocó polémica entre la sociedad y que finalmente le costó su cargo.
Finalmente, solamente queda el cuestionamiento el aire ¿se deben o no prohibir los corridos tumbados?, con dicha medida, ¿se logrará erradicar la cultura del narco y la violencia?