REPORTE NACIONAL UBICA A AGUASCALIENTES ENTRE LOS 5 ESTADOS CON MÁS INCIDENCIA
Más de una tercera parte de las féminas sufre este problema.
De manera deshonrosa y preocupante, Aguascalientes es cuarto lugar nacional en violencia económica contra las mujeres, problema social que lejos de desaparecer se ha agudizado en los últimos años, pese a que las féminas han ganado terreno en el mundo del trabajo.
A propósito del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, las mediciones del problema enfocado al maltrato hacia las mujeres en todos los ámbitos refieren que Aguascalientes solamente está detrás de Coahuila, Querétaro y Sonora, en violencia económica, con una prevalencia de 31.10 por ciento.
Coahuila es el primer lugar nacional en esta lista negra de estados donde se le vulneran sus derechos económicos a las mujeres, con una prevalencia de 32.34%, sin que Aguascalientes esté muy alejado de ese nivel puesto que más del 31% de las féminas del hogar y aun las que trabajan son objeto de marginación o escamoteo de sus derechos económicos.
VIOLENCIA ECONÓMICA
El fenómeno de la violencia económica contra la mujer ha tomado mayor importancia en la actualidad al ser padecida por un creciente número de mujeres que se enfrentan a la estrechez financiera y a la exigencia de que se justifique el gasto de los ingresos familiares.
En los casos de violencia económica, la víctima debe justificar de forma constante lo que ha hecho con el dinero, en dónde lo ha aplicado, y todo lo referente a ello, además de que las mujeres que trabajan también son exigidas para rendir cuentas del manejo de sus ingresos producto de su trabajo.
De esta manera, se tiene que la violencia económica hace referencia a la manipulación y control que suele presentarse en las relaciones de pareja, y se refleja en la privación de gastos económicos para la víctima, problema que lejos de desaparecer lamentablemente va en aumento por una serie de factores.
CÓMO SE MANIFIESTA LA VIOLENCIA ECONÓMICA
A diferencia de la violencia física y psicológica, la violencia económica y patrimonial aún suele pasar desapercibida, por lo que definirla y nombrarla es una forma de empezar a reconocerla.
En ese marco, la violencia económica y patrimonial puede ser entendida como las acciones u omisiones que afectan la supervivencia de las víctimas, privándolas, ya sea de los recursos económicos necesarios para la manutención del hogar o de bienes patrimoniales esenciales que satisfacen las necesidades básicas para vivir, como la alimentación, ropa, calzado, vivienda y el acceso a la salud.