San Sebastián (España), 22 sep (EFE).- Convertido en los últimos años en gurú de la ficción audiovisual y experto en mostrar los entresijos del poder, el estadounidense Aaron Sorkin impartió una clase magistral telemática emitida hoy, martes, por el Festival de Cine de San Sebastián en la que arremetió contra Donald Trump y desveló su desenlace ideal para esta etapa política de Estados Unidos.
«En Estados Unidos estamos esperando a que venga alguien a salvarnos», lamentó el creador de series como «The West Wing » o «The newsroom», que dijo que él escribiría un final heroico en el que «todo el mundo hace lo que tiene que hacer».
Lo que sucedería, dijo, es que en la noche electoral, una vez que Trump hace «lo que todos asumimos que va a hacer, no aceptar la derrota» -algo que calificó de «escenario de la pesadilla»- los republicanos irían en masa a la Casa Blanca a pedirle que se vaya para evitar «arruinar el país».
Sorkin confesó sentir «rabia» por la situación política actual. «No podemos estar de acuerdo ni en qué son hechos reales, pero no se trata de dos facciones en desacuerdo, porque hay unos que respetan los hechos y otros que se los inventan para favorecer su ideología».
Pero también advirtió de que esa rabia puede ser un buen combustible para escribir. La charla, guiada por una periodista, fue grabada hace dos días desde Los Ángeles y se emitió esta tarde a través de la web del festival español, en una edición adaptada a los tiempos del covid-19 que combina formatos presenciales y virtuales.
Sorkin habló de su formación teatral, de su método de escritura, caracterizada por un ritmo narrativo muy intenso y diálogos rápidos y brillantes, y de la segunda película que ha dirigido, «The Trial of the Chicago 7», que se estrenará este mes de octubre próximo en Netflix.
Recordó que él entró en el cine por la puerta de atrás: «Soy guionista accidental, aunque ha sido un accidente feliz, pero soy ante todo un dramaturgo». Su primer guion fue el de «A Few Good Men» (1992), que partió de una obra de teatro suya que pasó de mano en mano.
Una de esas manos fue la de William Goldman, decano de guionistas y autor de «Butch Cassidy and the Sundance Kid» o «All the President’s Men», entre otras, quien le llamó y le ofreció convertirse en su mentor en el mundo del cine, lo que Sorkin aceptó «encantado».
Como escritor dice pasarlo mal constantemente y no tener rutinas. «En cuanto tengo una idea, voy corriendo a la oficina y me pongo a escribir, siempre son grandes momentos cuando suceden, pero la mayor parte del tiempo me siento en agonía porque no escribo bien o no escribo nada».
«Cuando termino me siento feliz durante unos pocos minutos, pero luego me entra la sensación terrible de que son mis últimas líneas, de que no tendré más ideas y nunca más volveré a escribir; es algo que aún no ha sucedido, pero siempre me siento así».
A la hora de definir su estilo recurrió a una frase de su mentor. «Goldman decía que yo escribo como si estuviese en una primera cita y me sintiese desesperado por conseguir una segunda».
En un tono más íntimo, repasó los principales cambios que experimentó en su trayectoria en los últimos años. «Creo que cada día soy mejor escritor, sigo buscando ideas, además he sido padre y como cualquier padre o madre diría, eso lo cambia todo; además fui adicto a las drogas y logré recuperarme y he luchado desde el punto de vista artístico», resumió.
Sobre los cambios que experimenta la industria audiovisual, aseguró que las películas que le marcaron de niño -mencionó como ejemplo «The Graduate»- no se habrían podido hacer hoy, por la escasez de producciones de presupuesto intermedio.
Pero también reconoce que ahora, gracias a las plataformas, es posible contar muchas más historias a públicos diferentes.
Sorkin se mostró agradecido a Netflix, que compró los derechos de la película que en principio iba a distribuir Paramount, hasta que se impuso el cierre de cines por el coronavirus.
Eddie Redmayne, Sacha Baron Cohen, Jeremy Strong, Joseph Gordon-Levitt, Mark Rylance, Michael Keaton, John Carroll Lynch y Frank Langella forman el estelar reparto de esta historia basada en hechos reales sobre siete activistas que fueron acusados de conspiración e incitación a disturbios por las protestas durante la Convención Nacional Demócrata que se celebró en Chicago en 1968.
El proyecto tiene su origen en el año 2006, cuando Steven Spielberg le llamó para proponérselo. Un año y medio después tenía el primer borrador de un guion que desde entonces ha sufrido varios retrasos por distintos motivos.
«Ya entonces nos parecía una historia muy pertinente, pero no sabíamos hasta qué punto», dijo Sorkin en referencia a los últimos acontecimientos tras la muerte de George Floyd a manos de la policía estadounidense y las consiguientes protestas duramente reprimidas.
Por Magdalena Tsanis