Tijuana (México), 6 ago (EFE).- La activista mexicana Esther Morales, del grupo «Dreamers Moms» a favor de los migrantes, dijo este jueves sentirse más fuerte que nunca al reanudar actividades tras ser herida durante un robo a su negocio el 27 de junio pasado.
Esther volvió a su pequeño restaurante, «La Antigüita», en una calle del centro de Tijuana, ciudad del estado mexicano de Baja California, en la frontera con Estados Unidos, ya recuperada de las heridas de aquel sangriento día.
Ese 27 de junio, dos hombres y una mujer entraron al negocio y le pidieron dinero prestado, pero Esther se negó y por ello fue atacada con un cuchillo y herida en la garganta, los agresores huyeron con una cantidad no cuantificada de dinero.
Doña Esther, como la llaman sus clientes y migrantes que apoya, fue auxiliada por testigos de los hechos y por paramédicos de la Cruz Roja Mexicana que la trasladaron al Hospital Issste en donde estuvo internada hasta los primeros días de agosto.
Mientras se debatía entre la vida y la muerte, la Fiscalía General de Justicia de Baja California giró órdenes de aprehensión en contra de dos de los tres sospechosos de la agresión.
Los agresores fueron identificados como Rosa «N», sobrina de la activista, y Juan «N», pareja de Rosa, así como un menor de edad que hasta el momento no ha sido identificado ni localizado.
Los responsables no han sido detenidos, pero Morales confía en las autoridades y en Dios, al que agradeció por permitirle continuar con vida y ofreció seguir donando alimentos a quienes más lo necesitan en las calles de Tijuana.
«Fue un show fuerte, me faltó poquito para que llegara a la yugular y me hayan matado. Entonces si Dios me permitió salir de eso tan grave, es por algo, y estamos aquí haciendo lo que nos gusta», dijo a periodistas mexicanos.
Este 6 de agosto Esther encabezó la repartición de alimentos a personas en situación de calle en el comedor Contra Viento y Marea, situado en la zona norte de Tijuana, una de las más conflictivas de la ciudad fronteriza.
Ayudó a preparar el pollo en mole estilo Oaxaca, arroz guisado y tamales de varios ingredientes, los cuales se repartieron con el debido protocolo de higiene como medida preventiva ante la situación que atraviesa el estado por la COVID-19.
El regreso a la donación de alimentos fue una celebración para «Doña Esther», quien entre la comunidad migrante es querida y sobre todo protegida, y a quien se le extrañó, según dijo la encargada de Contra Viento y Marea, Devi Machete.
«Hoy celebramos el regreso de Doña Esther a la comunidad, ella es una persona especial para nuestra comunidad, es una persona deportada y ella ayuda a las personas migrantes y a las asociaciones», comentó Machete.
«Es una inspiración para la comunidad después de lo que sufrió, es una guerrera», agregó con una sonrisa de satisfacción.