Ginebra, 28 ago (EFE).- Desde mamíferos como elefantes, jirafas, rinocerontes hasta diversos tipos de reptiles, rayas, el tiburón mako y varios tipos de árboles exóticos están entre las 93 nuevas especies que han sido incorporadas a un sistema de control de su comercio para evitar su extinción.
Con este resultado ha concluido hoy miércoles en Ginebra la conferencia de los Estados que participan en un acuerdo para la conservación de la flora y fauna (Cites, por sus siglas en inglés) a través de prohibiciones o restricciones de su comercio internacional.
«Las decisiones que han salido de esta conferencia van a tener un impacto muy grande porque ayudarán a prevenir extinciones a nivel mundial», declaró a Efe la secretaria general de la entidad que gestiona el acuerdo, Ivonne Higuero.
Los elefantes concentraron buena parte de la atención durante los once días de la conferencia ante los intentos de distintos grupos de países africanos de modificar las regulaciones para el comercio de estos animales y de sus colmillos, cuyo marfil es fuente de tráfico ilegal.
Africa llegó dividida en este cuestión, con un grupo de países de Africa central y occidental que reclamaban prohibir por completo el comercio de todos los elefantes del continente (bajo el entendido de que los paquidermos no saben de fronteras y pasan de un país a otro).
En oposición, cuatro países del sur de Africa (Zambia, Namibia, Botsuana y Sudáfrica) pidieron que se les permita vender sus reservas de marfil, lo que se rechazó debido a que las dos últimas ventas autorizadas (en 1998 y 2008) dispararon la demanda y la caza furtiva de elefantes.
Este resultado fue muy amargo para este grupo de países, que tienen importantes reservas de marfil acumuladas procedentes de elefantes muertos de forma natural y que -desde su punto de vista- constituyen una riqueza que no beneficia a las comunidades que participan en los programas de conservación de los elefantes.
En un caso similar, la conferencia decidió por mayoría rechazar la solicitud de Estawini (antes Suazilandia) y Namibia para que se les autorice el comercio de sus rinocerontes blancos y de sus cuernos, que alcanzan precios astronómicos en el mercado ilegal asiático donde se les atribuyen propiedades medicinales.
Del mundo marino, el tiburón mako -el más rápido y amenazado- y los peces guitarra y rinoceronte fueron incorporados a un capítulo del acuerdo que implica que solo podrán ser exportados o reexportados con permisos especiales, que se emiten únicamente cuando la supervivencia de la especie en su medio natural no está amenazada.
El mismo nivel de protección ha sido concedido a decenas de otras especies, como el pepino de mar (popular en la alta cocina del sudeste asiático), lagartos, caballos de mar, jirafas, así como a especies de flora, tales como el palo de rosa y el cedro rojo, oriundos de Latinoamérica.
Una protección reforzada, por la que se prohibirá sin excepciones su comercio internacional, se decidió en favor de la nutria lisa, una especie muy amenazada no sólo por su piel, sino porque se ha convertido en una «moda» entre las mascotas exóticas.
No tuvo la misma suerte la rana de cristal, una especie oriunda de Latinoamérica y que se puede encontrar desde México hasta el norte de Argentina, y cuyo comercio internacional Costa Rica pidió sin éxito restringir ante el fuerte declive de su población.
La rana de cristal, una especie de apariencia única porque su piel abdominal es casi transparente y deja ver sus órganos, también ha adquirido popularidad entre los coleccionistas de Estados Unidos y Europa.
Vendedores en países como Alemania, Holanda y España las ofrecen a la venta por internet, aunque además del comercio ilegal, es la pérdida de su hábitat natural el otro factor que amenaza su supervivencia.
De las especies de flora, la secretaria general de Cites destacó a Efe el caso del cedro rojo, un árbol de madera muy bien cotizado y que está siendo objeto de sobreexplotación en Latinoamérica, por lo que en adelante su comercio internacional estará restringido.
Otra novedad para la región ha sido la aprobación de una excepción para el comercio de palo de rosa, que estará excepto de controles cuando su madera haya servido para la confección de instrumentos musicales.
Bajo la protección de la Cites están 35 000 especies de flora y fauna cuyo comercio está muy limitado, mientras que para un millar de especies está totalmente prohibido, una situación que será revisada dentro de tres años en Costa Rica, donde se realizará la próxima conferencia de países que participan en este acuerdo.
Por Isabel Saco