CIUDAD DE MÉXICO, agosto 1 (EL UNIVERSAL).-
La acusación presentada este martes en contra del expresidente Donald Trump por el asalto al Capitolio arroja una figura clave: quien fuera su vicepresidente, Mike Pence.
La fiscalía obtuvo notas que Pence tomó en sus reuniones con Trump tras las elecciones de noviembre de 2020, en las que el republicano perdió ante el demócrata Joe Biden. Las notas fueron reproducidas por medios como NBC y CNN News.
Trump insistía –aún hoy lo hace- en que hubo fraude en las elecciones. Al no poder demostrarlo, buscó que Pence se negara a certificar el resultado de la elección, como debía hacer el 6 de enero de 2021, que terminó en un asalto al Capitolio que puso a prueba la democracia estadounidense. Finalmente, los legisladores pudieron retomar su trabajo y certificaron el triunfo de Biden.
Sin embargo, dos días antes, Trump se reunió con el el jefe de gabinete de Pence y el asesor jurídico de Pence, dice la acusación.
Citando las notas de Pence, alega que Trump y alguien que identifica como co-conspirador 2 «a sabiendas hicieron afirmaciones falsas de fraude electoral» en la reunión y pidieron a Pence que impugnara o rechazara a los electores legítimos de siete estados.
«Cuando el Vicepresidente desafió al co-conspirador 2 sobre si la propuesta de devolver la pregunta a los estados era defendible, el co-conspirador 2 respondió: ‘Bueno, nadie lo ha probado antes», dice la acusación.
Entonces Pence cuestionó a Trump: «¿Has oído eso? Ni siquiera tu propio abogado dice que yo tenga esa autoridad». Fue allí cuando Trump dijo que prefería «la otra sugerencia»; es decir, que Pence rechazara legitimar los votos de los electores.
Pence se negó a obstruir la certificación, insistiendo en que no podía hacerlo. Y Trump amenazó con que entonces «tendría que criticarlo públicamente».
«Al enterarse de esto, el Jefe de Gabinete del Vicepresidente se preocupó por la seguridad del Vicepresidente y alertó al jefe del destacamento del Servicio Secreto del Vicepresidente», señala la acusación.
Trump cumplió su amenaza: en su arenga a la multitud, el 6 de enero, cuestionó a Pence por no apoyarlo y denunciar el supuesto fraude electoral. La multitud furiosa se dirigió al Capitolio. Querían la cabeza de Pence y la de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi.
Tras conocerse las acusaciones, Pence dijo que éstas deberían descalificar al exmandatario de las primarias del partido. En un comunicado recogido por el periódico The Washington Post, Pence aseguró que «cualquiera que se pone a sí mismo por delante de la Constitución no debería ser nunca presidente».