Una era acaba de terminar por manos criminales: aunque los motivos aún no están claros, un incendio provocado terminó con la discoteca Baby’O, la más famosa de Acapulco y, en una de ésas, de todo el país.
Quien iba a ese puerto guerrerense y no visitaba el antro, era como si no hubiera ido, incluso había una conocida frase que decía: ‘Si no has ido al Baby’O, no conoces Acapulco’, pues ahí era punto de reunión de famosos de todos los ámbitos, principalmente de artistas, deportistas y políticos.
Lo visitaron Juan Gabriel, Luis Miguel, Julio Iglesias, Carlos Slim Domit, Michael Jordan y Tony Curtis, sólo por mencionar algunos, ya que es interminable la lista de ricos y famosos que se daban cita en este lugar, noche tras noche acudían al antro que es el mayor referente de la época de oro de Acapulco.
El puerto guerrerense es de los centros turísticos que poco a poco se empiezan a recuperar tras año y medio de pandemia, que como en todo el mundo y a causa del confinamiento obligatorio, vuelve a crear empleos para que Acapulco sea otra vez el centro de atracción para todo el país, ya que la inseguridad ha arrebatado otras playas como Cancún, Los Cabos y Puerto Vallarta.
Pero el drama apenas comienza, pues de un tajo cortaron la fuente de trabajo para casi un centenar de familias, y este acto criminal pone al desnudo la gran violencia que azota a ese puerto, prácticamente a todo el país, y si bien este incendio no mató a nadie, se suma a una larga lista de tragedias que han sido provocadas por grupos delincuenciales que usan este tipo de métodos para amedrentar no sólo a los dueños, sino a la población en general.
Uno de estos hechos delictivos quitó la vida a más de 50 personas en el Casino Royale de Monterrey, Nuevo León, hace 10 años, cuando los miembros de un cártel cerraron todas las puertas del local y provocaron un incendio que acabó con decenas de clientes y empleados; la mayoría de las víctimas fueron mujeres que se daban cita en ese lugar de apuestas para pasar un rato agradable con las amigas.
El crimen, se supo después, fue porque los dueños del negocio se negaron a pagar el ‘derecho de piso y seguridad’, lo que provocó la ira de los malosos, y ya se sabe cómo terminó esa tragedia, y aunque en el caso concreto de la discoteca de Acapulco no se conocen los motivos de tal acción, lo cierto es que fue provocado y tarde o temprano se sabrán las causas, mientras tanto el daño ya está hecho.
Y si los acapulqueños están indignados por este hecho, el resto del país está asustado, pues nadie ni nada parece detener a los criminales, que por las buenas o por las malas, generalmente por estas últimas, pretenden tener de rehenes a los que generan empleos y riquezas, y con la mano en la cintura quieren su cuota, y al no obtenerla, simple, se desquitan de la peor manera.
Cierto, las manos criminales intentaron terminar con la época dorada de Acapulco, pero nada ni nadie impedirá que el Baby’O sea como la mítica Ave Fénix y logre renacer de sus cenizas.