NUEVO LAREDO, Tamps., septiembre 3 (EL UNIVERSAL).- Adriana Rodríguez Guerra no entiende como en segundos, elementos del Ejército Mexicano acabaron con la vida de su nieta Heidi Mariana de apenas 5 años de edad.
Asegura estar destrozada, con el corazón roto, pero con el coraje para exigir justicia por el asesinato de una pequeña que era llevada al hospital y durante el trayecto, una bala acabó con su vida en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
«Vengo a hablar con el corazón, porque tengo el corazón hecho pedazos, vengo hablar con el coraje de una abuela, con el coraje de una madre», dijo Adriana durante la manifestación que se realizó a las afueras del cuartel militar Macario Zamora.
«Dice ahí la palabra lealtad, ¿A quién son leales? Son unas basuras, ¿Vienen a cuidar a la ciudad de qué? Era una niña, qué les hacia la niña de cinco años, iban solos disparando, no iban otros carros, no iban otras camionetas, la niña se sentía mal la llevaban al hospital por un malestar que tenía, cuál fue el pecado, traer los vidrios polarizados, eso fue el pecado para que le dispararán», cuestionó Adriana.
El auto en el que viajaba la menor, fue atacado a balazos por personal de Sedena en el crucero de 20 de Noviembre y González, uno de los proyectiles le dio en la cabeza a la niña.
«Quiero justicia para mi nieta, quiero justicia para la niña, ellos también tienen hijos, ellos también tienen nietos, quisiera arrancarme el corazón para que vean lo que estoy sufriendo, quiero justicia, que no quede impune, justicia nada más para la niña», pidió la abuela de Heidi.
Adriana Rodríguez Guerra afirmó que la pequeña Heidi Mariana recibió un disparo en la cabeza, desvaneciéndose en los brazos de su hermano Kevin de siete años.