La oportunidad de trabajo que se ofrece a los adultos mayores en las tiendas de autoservicio es “vida para ellos”, pues se sienten útiles y con los apoyos económicos que reciben por su labor se ayudan para cubrir sus gastos básicos.
Esperan que la determinación de Walmart de sacar de sus tiendas a todos los “cerillos” no alcance a otras cadenas comerciales, porque sería un duro golpe para todos aquellos que trabajan por necesidad.
El trabajo que desempeñan los saca del abandono económico, físico y emocional en que muchos se encuentran, por lo que necesitan salir todos los días a trabajar para mantener su independencia.
“Trabajamos por necesidad”, señalan cerrillitos de la tercera edad al tiempo que empacan el mandado de terceras personas, y se pronuncian por que les permitan seguir trabajando, pues los ingresos que reúnen cada día les sirven para pagar los servicios de agua, luz, el gas, el teléfono, entre otros, que no logran cubrir con las pensiones, que no todos tienen.
A los que sí tienen pensión, que en promedio oscila entre los tres mil y cuatro mil pesos, no les alcanza para vivir, así que tienen que trabajar y las propinas que reciben a diario se destinan al pago de alimentos y transporte.
Aunque hay días muy flojos en que las propinas no son muy buenas, al menos ayudan para comprar el pan, la leche, las tortillas y el refresco, comentan en charla con HIDROCÁLIDO.
La jornada promedio de los llamados cerillos es de cuatro horas y media, los ingresos promedio por día rondan en los 200 pesos, pero en las jornadas más críticas van de los 100 a los 150 pesos a lo mucho.
Sin embargo, hay días muy buenos, los cuales corresponden a las quincenas que caen en fin de semana, la gente es más suelta y las propinas llegan a los 300 pesos en promedio por jornada.
“A veces nos dan más, otras menos, y hay quienes de plano no te dan ni un peso, pero al final del día lo que caiga es muy bueno, porque nos ayudamos… A veces la familia nos ayuda, pero por lo regular no es así, al contrario, hasta nos piden prestado y cuando nos visitan hay que tener lista la comida”, continúan mientras empacan, con gusto, porque además de la posibilidad de la propina el trabajo les sirve como terapia, los distrae y se sienten útiles.
El confinamiento fue terrible para ellos, durante tres meses no pudieron salir a trabajar, no había oportunidad de acudir a las tiendas debido a la pandemia, pero más que la falta de ingresos, el encierro y no ver gente los estaba matando.
Algunos cuentan con su pensión y los ingresos como empacadores voluntarios son un extra, pero también hay quienes no tienen pensión, y aunque cuentan con ayuda del Gobierno, no les es suficiente, por lo que piden que les permitan seguir trabajando en las tiendas donde hasta hoy las puertas están abiertas para ellos.
Mientras tanto, en un recorrido en tiendas de autoservicio, HIDROCÁLIDO constató que se mantiene vigente la restricción a los cerrillos bajo el argumento de que los clientes ya no quieren que terceros empaquen sus compras, por aquello de la pandemia y sus riesgos.
QUE REGRESEN LOS VIEJITOS
Mientras tanto, los clientes de Walmart extrañan a los empacadores voluntarios de la tercera edad y reconocen con franqueza que no se habían dado cuenta de lo mucho que hacen falta; su presencia hacía más fácil las compras del mandado y ahora les estresa el tener que empacar su mandado.
De acuerdo a un sondeo realizado por HIDROCÁLIDO en esta cadena de autoservicio, de cada 10 clientes, ocho piden que regresen a los cerrillitos de la tercera edad.
“Que los dejen trabajar, porque ellos se ayudan con las propinas, pero además nos ayudan mucho con su trabajo, y no nos habíamos dado cuenta de lo mucho que hacen falta”, coincidieron los clientes a favor del retorno de los empacadores voluntarios de la tercera edad.
Señalaron que los viejitos están en su derecho de ganarse la vida, por lo que la empresa debería de abrirles nuevamente sus puertas para que puedan ganarse sus propinas.
Además, se supone que ya están vacunados y con las medidas de prevención se reduce el riesgo de contagio.
De los dos de cada 10 que manifestaron su respaldo a la determinación de Walmart de sacar a los adultos mayores de sus tiendas, uno manifestó que la medida fue para prevenir el contagio de Covid, porque muchos de los cerillos de la tercera edad ni siquiera están vacunados porque no fueron llevados a las jornadas, de manera que se encuentran en situación de riesgo, y por el bien de todos fue adecuado regresarlos a sus casas.
Sin embargo, aunque respaldó la medida, dijo que ya es tiempo de que regresen con todos los protocolos sanitarios necesarios, porque en realidad hacen mucha falta.
Sólo una de cada 10 personas que acuden a Walmart dijo estar a favor de la determinación de sacar a los adultos mayores, e incluso prefieren batallar empacando su mandado que apoyar la petición para que retornen los cerillos.
En contraste, la gran mayoría pide que regresen los cerillos de la tercera edad; “antes era más fácil vaciar el mandado del carrito a la caja para que te cobraran, pero ahora tienes que ser muy ágil para empacar rápidamente y al mismo tiempo fijarse que no te falte nada, y encima de todo la presión de que tienes una enorme fila atrás de ti, y eso te estresa… las compras nunca habían sido tan estresantes como ahora, así que forzosamente tienes que ir acompañado para que alguien te ayude a empacar porque ya no hay cerillitos”, comenta una clienta de Walmart tras surtir el mandado.
A LA CANACO LE PREOCUPA EL IMPACTO DE LAS MEDIDAS DE WALMART
Por su parte, la Cámara Nacional de Comercio y Servicios (Canaco) dijo respetar la decisión de la empresa, pero admitió que es lamentable por el impacto económico que ha generado a dicho sector.
“Sin embargo, lo que debería de darnos un poco de tranquilidad es que en teoría ese sector debería contar con un apoyo económico de parte del Gobierno federal”, manifestó el presidente de la Canaco, Humberto Martínez Guerra.
Ojalá que sí cuenten con ese apoyo que tanto ha anunciado y pregonado el Gobierno; no obstante, es sabido que las personas de la tercera edad que trabajan como cerillos no lo hacen por gusto, sino por necesidad económica, agregó el dirigente empresarial.
Mencionó que sería muy lamentable que las personas afectadas con las decisiones de Walmart se encuentren en el total desamparo económico.
Sostuvo que la situación generada en torno a dicha decisión es preocupante, pero también se entiende que mantener a las personas de la tercera edad implica gran responsabilidad, sobre todo porque la pandemia no se ha terminado.
Finalmente, los cerillitos dejaron claro a HIDROCÁLIDO que mientras se los permitan y el cuerpo aguante, seguirán dispuestos a seguir trabajando, porque los gastos no esperan y no todos tienen pensión, y mucho menos la fortuna de contar con una familia que los respalde económicamente, sobre todo que no se olvide de visitarlos, al menos en las tiendas de autoservicio ven gente, tienen con quien platicar, convivir y los días se hacen más cortos.