Un caos se vive actualmente en Afganistán, un país que históricamente ha estado inmerso en graves problemas políticos porque tras dos décadas de frágil estabilidad regresaron al poder los talibanes.
Los talibanes son reconocidos como radicales terroristas a nivel internacional y sus acciones en varias partes del mundo han ocasionado trágicos baños de sangre.
El problema de la ideología de este grupo, que surgió en los años 90´s, radica en que quieren, en su doctrina, restaurar la paz y la seguridad y hacer cumplir su propia versión austera de la Sharia, o la ley islámica, una vez en el poder, lo que ayer lograron.
Quieren tener el control absolutamente de todo, pero sus principales víctimas son las mujeres, quienes bajo su Gobierno perdieron todos los derechos que habían ganado en esa nación, por eso ellas son las primeras en pedir salir del país.
Esos radicales, para hacer cumplir su ley, masacran a sus oponentes, realizan actos terroristas y cometen, en nombre de su religión, atrocidades de todo tipo; por eso el terror que se apoderó de los afganos, quienes buscan desesperadamente salir del país, pues saben que muchos, si se quedan, no sobrevivirán.
El país está colapsado, las filas de las personas que quieren huir a como dé lugar es impresionante, y como no tienen quién los dirija o los ayude, pues ya se imaginará las caóticas escenas que se están viviendo en estos momentos.
Las personas que tienen cuentas en los bancos han hecho filas durante horas para poder sacar sus ahorros y así empezar de nuevo en cualquier lugar que los asile. El éxodo no termina.
Ésta es también una difícil prueba para el Gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien decidió sacar a las tropas de ese convulso país porque, literal, dijo que no estaba dispuesto a mandar al matadero a sus ciudadanos cuando los propios afganos no luchan por sus derechos, pero no es que no quieran, es que no pueden y hasta el presidente de Afganistán tiró muy pronto la toalla y dejó a la deriva a sus gobernados, quienes desesperadamente buscan salir del país porque ya saben cómo se las gastan los talibanes.
Estados Unidos derrocó a los talibanes hace dos décadas y por supuesto que no se lo van a perdonar, y aunque los talibanes han prometido no tomar represalias especialmente contra la población, ayer mismo empezaron a quitar fotografías de mujeres que estaban en anuncios en la vía pública, con lo que se prevé qué es lo que les espera.
Ahora mismo regresan los fantasmas del pasado a Afganistán, con el consecuente baño de sangre donde la gente no tiene miedo, sino terror, y ésta es una ocasión para que la comunidad internacional demuestre su solidaridad y ayude a esa pobre gente que ya sabe cuál va a ser su destino que, por supuesto, no será para nada bueno.