El gobierno de la 4T se ha quedado sin recursos para seguir financiando sus programas del Bienestar, manifestó Dafne Viramontes Ornelas, presidenta del Colegio de Economistas de Aguascalientes, con respecto a la papa caliente de las afores.
“Son ahorros privados, por lo que no debería de haber una injerencia por parte del gobierno”, dijo.
Dicha estrategia puede responder a que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se le terminó el dinero para seguir manteniendo sus programas sociales, ya que tan sólo en el 2023 se tuvo que adquirir una deuda para seguir cubriendo el gasto público.
La especialista consideró que no se han atrevido a nivel nacional a realizar una reforma fiscal para poder llevar a cabo los programas sociales y en algún momento se habrá de analizar de dónde saldrán esos recursos.
En México, la mayor parte del sistema contributivo se sostiene por parte de la clase media y las más ricas muchas veces no pueden ser tocadas.
“Es un problema muy grave el tema de las pensiones en México porque existen las privadas, públicas, mixtas, contributivas o no contributivas”, señaló Viramontes Ornelas.
Reiteró que el problema es que se trata de un dinero de particulares que pudieron ahorrar a lo largo de su vida laboral y generará cierta desconfianza para continuar ahorrando a través de sus afores privadas, IMSS o ISSSTE, pues si decide extender su vida laboral la pensión estaría en riesgo.
Por ejemplo, apuntó que existen personas de 70 o 75 años que tienen la posibilidad de jubilarse, pero no lo hacen porque la realidad es que el sistema contributivo en México no ofrece lo suficiente para vivir, por lo que deciden continuar trabajando, pero también existirá el riesgo de que si no se jubilan les podrán quitar su pensión.
Manifestó que no quedan claros los mecanismos que se tendrán con estas iniciativas para que las personas ahorradoras puedan reclamar su dinero en caso de haberlo perdido, ya que el monto de 40 mil millones de pesos es bastante considerable.
Además, la iniciativa señala que se puede complementar con el dinero que se absorbe a través del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado y con los rendimientos que genere el Tren Maya, que es probable que los rendimientos comiencen a verse hasta dentro de 10 o 15 años.