La búsqueda desesperada del llamado “sueño americano” terminó por convertirse en la peor pesadilla de su vida para alrededor de 300 indocumentados a los que los “polleros” expusieron, en su salud y seguridad, al alojarlos en una diminuta casa del sur de la ciudad que se convirtió en una fortaleza, luego que desde la noche del lunes pasado fue descubierta de manera fortuita por elementos de las fuerzas federales y estatales.
Las mismas autoridades policiacas, las migratorias y las de gobierno fueron tomadas por sorpresa en este que es uno de los aseguramientos de migrantes más grande de la historia reciente y pasada de Aguascalientes y con el cual se pone de manifiesto que el Estado no es ajeno, sino que de hecho forma parte de una organizada red de traficantes de indocumentados que opera a nivel nacional e internacional.
Ahondando en la investigación tras la noticia que HIDROCÁLIDO E INFOLÍNEA presentaron ayer en exclusiva, se constató que al saber de la ubicación del domicilio particular donde eran resguardados por quienes los “engancharon” bajo la promesa de que los dejarían en tierra americana, los indocumentados sintieron que “el mundo se nos cerró y que todo se nos venía encima”, según dijeron algunos con los que hubo oportunidad de intercambiar unas cuantas palabras.
La zona sur de la ciudad y concretamente el fraccionamiento Vista Alegre fue el punto más vigilado y con mayor presencia policiaca en todo Aguascalientes, pues lo mismo elementos de Migración como policías estatales, municipales, federales y hasta agentes federales, de la Guardia Nacional y de la misma Secretaría de la Defensa Nacional, participaron en el operativo para resguardar y proteger en todo momento a los migrantes.
De esta manera y luego que se dio con la casa de seguridad, la búsqueda del llamado ‘sueño americano’ pasó a convertirse en la peor pesadilla de su vida para los casi 300 indocumentados rescatados, originarios de Honduras, Nicaragua, Ecuador, Costa Rica, El Salvador y Guatemala, los cuales permanecen hacinados en la finca de Vista Alegre, en la incertidumbre total y sin saber aún la suerte que correrán ni cuándo serán repatriados a su lugar de origen, pues todo está sujeto al “papeleo” y demás trámites administrativos que se tienen que correr para pasar a la siguiente etapa, que es trasladarlos a la Estación Migratoria de Iztapalapa, en la capital del país, de donde serán retornados a su respectivo país de origen; “por ahora tristes y derrotados”, comentó uno de los migrantes.
La finca permanece bajo el resguardo de un fuerte operativo en el que participan elementos de la Fiscalía General de la República, la Policía estatal, así como del Instituto Nacional de Migración y de la Secretaría de Salud, que estuvo al pendiente de la salud de los migrantes que vieron frustrado su sueño de llegar a territorio americano.
En su interior están mezclados los alrededor de 300 indocumentados, tanto adultos como menores, y a pesar de la fuerza policiaca con que cuenta el lugar, debido al miedo y desesperación, dos de ellos intentaron fugarse y refugiarse en un negocio cercano al lugar, sin embargo, los trabajadores del mismo sitio dieron parte a las autoridades y de nueva cuenta los incorporaron al grupo.
El estado emocional y de salud de los indocumentados es valorado desde ayer por el personal de salud, identificando signos de deshidratación en una de las pequeñas que forma parte de este enorme grupo de personas concentradas por los “polleros” en el domicilio ubicado en la zona sur de la ciudad.
Sin embargo, también existe un gran hermetismo, nadie sale y nadie entra a la finca, mientras se llevan a cabo las labores de identificación de cada una de las personas que viven la peor pesadilla de su vida, pues no saben si volverán a casa, ni el trato que recibirán mientras tanto.