Viene una de las mejores etapas para la economía: las fiestas navideñas.
Además de ser una de las más bonitas celebraciones, por el significado que encierra, viene también un respiro para los trabajadores que como cada año reciben su aguinaldo, esa prestación que viene a ser un respiro para la alicaída economía.
Estos recursos, que deben entregar en cada centro laboral como un estímulo para sus empleados, sirven, generalmente, para pagar deudas adquiridas durante todo el año, así como para los presentes y la cena navideña que no debe faltar, pues es momento propicio para afianzar las relaciones familiares, aunque, entre paréntesis, este año no será igual a consecuencia de la pandemia que vivimos en todo el mundo a causa del Covid-19.
Pero cuidado con despilfarrarlo, a mucha gente el dinero le quema y está dispuesta a gastarlo, aunque se sugiere que este dinero sea utilizado para el pago de compromisos adquiridos y que difícilmente se podrán solventar en otra ocasión.
Asimismo, la entrega de estos recursos no sólo viene a ser la panacea para los trabajadores, sino para el sector comercio, que vive una de sus peores etapas en la historia, pues los que no bajaron cortinas, ven reducidos sus inventarios y peor aún, su personal, que ha sido liquidado porque muchísimos negocios ya no tienen la posibilidad de mantener puestos de trabajo, así que esta Navidad, para miles de personas será realmente triste, pues no tendrán, ya no digamos el aguinaldo, sino un trabajo estable.
Además de esta época, la gente no tiene dinero y el que tenga la fortuna de contar con un trabajo, deberá ser comprensivo, porque tal vez no sea el mejor tiempo para recibir esta prestación, pero los patrones, en la mayoría de los casos, harán un gran esfuerzo para dar una feliz Navidad a sus empleados.
Aun así se espera una festividad austera, porque, como reiteramos, en muchos hogares no habrá siquiera lo necesario, materialmente hablando, pero para quienes cuentan con un empleo, que en estos tiempos de pandemia y muchísimos problemas más tenerlo se ha vuelto un privilegio, se deberá aprovechar esa prestación para las necesidades más ingentes.
Así pues, a aprovechar este dinero que se espera con ansias, saquemos el mejor provecho de él, y para el que no tenga la fortuna de contar, ya no digamos con el aguinaldo, sino con un empleo, seamos solidarios y empáticos, demos un poco de lo que la vida nos da, compartamos.