En serio, en lo que parece ser una llamada de alerta, quizá la última, para que México tome con seriedad la pandemia del coronavirus que azota a todo el mundo, el director de la Organización Mundial de la Salud lanzó una excitativa al Gobierno de nuestro país.
Por enésima vez, a pesar de los discursos del presidente Andrés Manuel López Obrador de que lo peor de la pandemia ya pasó y que pronto tendremos a la mano las vacunas contra el Covid, el llamado de ayer contrasta con esa tranquilidad con la que el mandatario se dirige a la nación en tan delicado asunto.
La excitativa se oye grave: “La situación en México es muy preocupante. Los números muestran que el país está en mala situación. Cuando suben los casos y también las muertes es un problema muy serio y pediríamos a México que sea serio. Esperamos que todos los líderes den el ejemplo”, y honestamente, eso es lo que espera la mayoría de los mexicanos, los que sí creen en que el problema de salud es real.
Porque baste con ver alrededor, todavía hay una gran mayoría de personas sin sentido común que no usa ni siquiera un cubrebocas, lo que puede significar la diferencia, literal, entre la vida y la muerte.
Campañas van, campañas vienen, esperando que permeen en el ánimo de la población para que se cuide y podamos, juntos como sociedad, detener este problema.
Lamentablemente, a nivel local nuestras autoridades dan indicaciones contradictorias, pues apenas hoy termina el virtual confinamiento y Ley Seca, pero por otra parte siguen organizando eventos deportivos que son caldo de cultivo, como ya se ha comprobado, para la propagación del virus, que en muchos de los casos resulta ser mortal. Y las cifras no mienten: 1,544 fallecidos, hospitales semicolapsados, alto índice de ocupación en nosocomios, aunado todo ello al grave problema económico por la parcial paralización de actividades esenciales.
Incluso hasta demandas hay en contra de las altas autoridades de Salud federal, específicamente el subsecretario Hugo López-Gatell, que hasta ha sido denunciado penalmente por su gestión de la pandemia y lo acusan de homicidio culposo. Pero de aquí hasta que se investigue y se tomen cartas en el asunto, hay un largo trecho.
Pero más allá de denuncias, de quejas, los que nos debe mover y hacer reflexionar es que la máxima autoridad de Salud a nivel mundial le pida encarecidamente a nuestro país, a nuestras autoridades, asumir con plena seriedad la gestión de esta pandemia que está siendo devastadora en todos los sentidos.