Miami, 10 dic (EFEUSA).- Los concursos de cazatalentos en televisión son una oportunidad única para que miles de niños aprendan y valoren los diferentes ritmos y estilos de la música latina, dijeron a Efe estrellas consagradas como Luis Fonsi, Alejandra Guzmán, Carlos Vives y Wisin.
En una entrevista en Miami mientras preparaban las grabaciones de la nueva temporada del concurso televisivo La Voz US, que se estrena el 19 de enero, los cuatro veteranos de la música aseguraron que ese tipo de programas cazatalentos «son los únicos momentos en los que se habla de música en la televisión».
Y las únicas oportunidades que tienen nuevos talentos en hacerse ver y oír de forma masiva, por lo que están comprometidos a mantenerlos vivos, no solo con su presencia en el «show» de Telemundo, sino en otros países en el mismo formato o similares.
«Cada día hay menos espacios televisivos dedicados a la música», reflexionó Fonsi, quien este año además fue «coach» de «La Voz España»
El artista puertorriqueño lamenta que hayan desaparecido hasta los programas de entrevistas a intérpretes y músicos en los que se hablaba «no solo de lo que está sonando, sino los clásicos».
Sus compañeros, todos con experiencia en varios países como jueces o «coaches» de La Voz y concursos similares, agregaron que al tratarse de un formato familiar, los concursos de cantantes permiten que abuelos, padres y niños conversen sobre los temas que interpretan los concursantes y quiénes los hicieron famosos.
Vives, quien fue coach en dos temporadas de La Voz Colombia y mentor en La Voz Argentina, entre otras experiencias similares, subrayó que las conversaciones que se dan entre los «tutores» y los consejos que le dan a los concursantes también funcionan como una «clase de música popular» para el público.
Pero va mucho más allá para el reguetonero puertorriqueño Wisin, quien se estrenó en el formato como juez de «La Voz México» junto con su compañero Yandel en 2013.
El boricua destacó que el programa refleja lo que está ocurriendo actualmente en la música latina, «en la que ya no hay una separación entre los géneros».
Los artistas indicaron que «afortunadamente» el público se ha liberado de las etiquetas de ser fan de un tipo de música específico y «ahora son fan de artistas, no de un género» y programas musicales de televisión ayudan a que vayan descubriendo canciones y estilos que «quizá nunca escucharían de otra forma».
En ese sentido, los cuatro coincidieron en que sienten una responsabilidad especial al hacer el programa para el público latino de Estados Unidos, pues el programa estimula a que los niños y jóvenes sigan conectados con la cultura de los países de sus ancestros a través de la música.
«Yo tengo dos hijos nacidos en Estados Unidos, mitad boricuas, mitad españoles, pero que están creciendo aquí y quiero que aprendan de la música latina», indicó Fonsi, quien recordó cómo su hija Mikaela llegó a preguntarle quién era Celia Cruz gracias a lo que vio en «La Voz». «Es una oportunidad maravillosa», dijo.
Para Alejandra Guzmán, una de las razones por las que ha participado tanto en concursos de este tipo es la forma en la que estos programas ayudan a descubrir nuevos talentos, para que «la nueva sangre» de la música latina venga de todo tipo de lugares.
«Me gusta dar oportunidad para que otros vengan a cantar, a cumplir sus sueños. Cada vez hay menos formas de lograrlo», explicó la rockera mexicana, quien se ha dado a la tarea de apoyar a las artistas femeninas, de voces no tradicionales. «Este es un escenario espectacular para que la gente te pueda ver».
Wisin continuó en la misma corriente: «Yo creo que este tipo de foros es necesario para darle la oportunidad a otros a que cumplan sus sueños en el arte, porque ahí afuera hay mucha gente talentosa que hoy no vive del arte, porque no se atreve o porque están traumatizados porque han vivido experiencias atroces en la música».
Fonsi y Vives calificaron la experiencia para los concursantes de una «clase maestra», que no solo les permite aprender de expertos maestros de canto, productores, arreglistas, entre otros profesionales, sino darse cuenta de si de verdad están dispuestos a hacer los sacrificios que requiere la profesión.
«Nosotros les abrimos la puerta, pero ellos tienen que saber mantenerse y eso es lo verdaderamente difícil», manifestó Guzmán. «Estos programas son de gran ayuda, incluso para los que son rechazados».