CIUDAD DE MÉXICO, (EL UNIVERSAL).- En marzo de 2020, Alejandro Torres Kennedy llegó a Sudáfrica para comenzar un viaje en velero hacia Brasil, pero llegó el confinamiento por el Covid-19 y junto con otro grupo de personas ya no pudo salir a ningún lado.
Al mes siguiente, buscando cómo ocupar su tiempo, tomó la cámara que había llevado para documentar la travesía marítima y le preguntó a María, una guía francesa de tour turístico, si quería hacer un cortometraje, que luego se convirtió en largo, ocupando más de 77 días de rodaje.
Por la mañana filmaban, en la tarde Alejandro editaba y, por la noche, escribía lo que se haría al día siguiente sobre una mujer que se queda sola durante el confinamiento, pero comienza a escuchar ruido raros nocturnos.
De esa manera salió «Transition», su ópera prima, que se estrena hoy en el Varsovia Film Festival de Polonia, teniendo el sello de haber sido rodada en locaciones reales y plena pandemia, ocupando a no actores en el elenco.
«Básicamente fue dejar volar la imaginación. No teníamos idea de lo que iba a pasar con la pandemia y solo salíamos cada 15 días al supermercado a comprar lo necesario.La película se convirtió en terapia ocupacional y de alguna forma fue despegarnos de todas las noticias de muerte e incertidumbre que había en ese momento», recuerda Torres Kennedy.
«Transition» está valuada en medio millón de pesos, pues prácticamente sólo se cuenta la cámara que costó unos 200 mil dólares. Y claro, el trabajo del realizador.
Y sin el equipo técnico requerido, sufrió algunos días. Agregándose la falta de preparación profesional de María, quien nunca había estado frente a un lente.
«Había veces que me ganaba la ansiedad, la impaciencia, el viento golpeaba el micrófono y yo hacía un movimiento con la cámara que descompensaba, o María no podía aprenderse el guión», cuenta ahora entre risas.
«Quienes también estaban confinados con nosotros de pronto veían qué tan involucrados estábamos y nos fueron apoyando, muchos de los personajes secundarios son gente que estaban así como nosotros», agrega.
La producción arrancó en abril y concluyó en agosto. Así que diario se iban sumando situaciones alusivas al desarrollo mismo de la pandemia y la información que sobre ella fluía.
Ponerla en blanco y negro fue una decisión que el realizador tomó en edición, viendo la profundidad que le daba a la imagen.
«Queremos llegar a salas, la mezcla de sonido fue hecha pensada en pantalla grande, pero no estoy cerrado a plataformas, por ahora vamos a Varsovia y a ver qué más viene», expresa Torres Kennedy.